La DEA está tras la pista de Mario José Cálix Hernández, alias ‘Cubeta‘, quien tiene mucho que contar en la Corte del Distrito Sur de Nueva York sobre sus vínculos con el expresidente Juan Orlando Hernández, alias JOH.
Desde que el 23 de enero del 2019 se publicó la acusación que formuló la Corte
del Distrito Sur de Nueva York, por traficar drogas hacia Estados Unidos, nadie sabe dónde está.
Ni las mismas autoridades han dado con su paradero. Unos dicen que se marchó a Olancho y otros que de vez en cuando lo ven en Gracias, Lempira, su tierra natal.
Algunos aseguran que está en Guatemala, otros fueron más allá y dijeron que se entregó a la DEA, pero la misma DEA lo busca, porque quieren negociar.
Todo con tal que testifique contra el expresidente Juan Orlando Hernández en su
caso de narcotráfico.
También, la Policía Nacional anda tras sus pasos, pero no lo encuentran.
De empresario a narcotraficante
El recuerdo de Mario José Cálix en Gracias es el de un hombre frío, pero muy servicial. Del líder político que quiso ser alcalde, pero no lo dejaron.
“Mario iba para alcalde, pero dicen que Juan Orlando al final no lo dejó llegar”, comentan los vecinos en Gracias.
Mario era un empresario exitoso que se dedicó a la construcción de viviendas y también a la ganadería. Un hombre que no le tenía miedo a nada, expresan sus vecinos.
“Era hijo de un militar de esos que nunca se rajaron. Así era Mario Cálix”, dijo el amigo.
Pero el liderazgo y bonanza de Cálix se vino abajo cuando salió a luz la acusación que lo vinculó en el mundo de las drogas. Huyó y los proyectos que iba a ejecutar
quedaron parados.
La acusación
Según la Fiscalía de Nueva York, Mario José Cálix inició en el narco desde el año
2005 hasta el 2016.
Lo califican como “un narcotraficante a gran escala que trabajó con otros narcotraficantes de Colombia, Honduras, Guatemala y México”.
Víctor Hugo Díaz Morales “El Rojo” dijo que Cálix trabajó con él.
Mientras, Alexander “Chande” Ardón Soriano, el exalcalde de El Paraíso aseguró que Cálix acompañó a Tony Hernández el día que le entregó el millón de dólares que el Chapo Guzmán le envió a Juan Orlando Hernández, para la campaña del 2013.
Para la Fiscalía de Nueva York, tener el testimonio de Mario José Cálix es crucial.
Por un lado confirmará información que tiene en su poder la Fiscalía y por el otro, según investigadores, desnudará el modus operandi del expresidente Hernández y sus cercanos colaboradores.
Pero Mario parece que no está dispuesto ni a entregarse ni a ser capturado. Miedo no tiene, aseguran los pobladores de Gracias.
“Sabe mucho y quizás no quiere revelar esos secretos”.
De empresario a narcotraficante
El recuerdo de Mario José Cálix en Gracias es el de un hombre frío, pero muy servicial. Del líder político que quiso ser alcalde, pero no lo dejaron.
“Mario iba para alcalde, pero dicen que Juan Orlando al final no lo dejó llegar”, comentan los vecinos en Gracias.
Mario era un empresario exitoso que se dedicó a la construcción de viviendas y también a la ganadería. Un hombre que no le tenía miedo a nada, expresan sus vecinos.
“Era hijo de un militar de esos que nunca se rajaron. Así era Mario Cálix”, dijo el amigo.
Pero el liderazgo y bonanza de Cálix se vino abajo cuando salió a luz la acusación que lo vinculó en el mundo de las drogas. Huyó y los proyectos que iba a ejecutar
quedaron parados.
La acusación
Según la Fiscalía de Nueva York, Mario José Cálix inició en el narco desde el año
2005 hasta el 2016.
Lo califican como “un narcotraficante a gran escala que trabajó con otros narcotraficantes de Colombia, Honduras, Guatemala y México”.
Víctor Hugo Díaz Morales “El Rojo” dijo que Cálix trabajó con él.
Mientras, Alexander “Chande” Ardón Soriano, el exalcalde de El Paraíso aseguró que Cálix acompañó a Tony Hernández el día que le entregó el millón de dólares que el Chapo Guzmán le envió a Juan Orlando Hernández, para la campaña del 2013.
Para la Fiscalía de Nueva York, tener el testimonio de Mario José Cálix es crucial.
Por un lado confirmará información que tiene en su poder la Fiscalía y por el otro, según investigadores, desnudará el modus operandi del expresidente Hernández y sus cercanos colaboradores.
Pero Mario parece que no está dispuesto ni a entregarse ni a ser capturado. Miedo no tiene, aseguran los pobladores de Gracias.
“Sabe mucho y quizás no quiere revelar esos secretos”.