2022 concluirá con una inflación de 10.30 por ciento, un índice de dos dígitos que se prevé va a impactar en un alza de uno o dos puntos en la pobreza y pondrá a Honduras en la zona más vulnerable de la anunciada recesión de la economía mundial en 2023.
Los economistas, conocedores de las finanzas y miembros de la empresa privada tienen una opinión uniforme en cuanto a que la inflación es el impuesto más grosero que se hace caer sobre la población, porque representa la pérdida del valor de los ingresos para cubrir las necesidades primarias.
Un documento elaborado por el COHEP alerta sobre las consecuencias que tendría sobre la economía hondureña un retroceso en la actividad de generación de bienes y servicios de Estados Unidos.
El mismo informe detalla que el Producto Interno Bruto trimestral de Honduras representa una correlación de 0.89 con el PIB de Estados Unidos, lo que demuestra que -ante una contracción de la economía de ese país- la actividad doméstica mostrará la misma tendencia en igual periodo de tiempo.
Dicho en otras palabras: si Estados Unidos sufre una recesión existen altas posibilidades de que la economía hondureña también caiga en recesión.
Sumado a lo anterior, el contexto económico actual de Honduras se encuentra en un proceso de ralentización con altos niveles inflacionarios.
Durante 2022 la economía hondureña ha evidenciado una desaceleración y una disminución en los niveles de adquisición, como producto de cambios en la dinámica y en los patrones de consumo por la alta inflación, subraya un análisis del COHEP.
Según una evaluación de Standard and Poor´s sobre el riesgo creditico de Honduras, se prevé que el Producto Interno Bruto se desacelere en tres por ciento en 2022, debido a la limitada infraestructura y deterioro fiscal, lo que impediría cumplir con los objetivos de responsabilidad fiscal.
El Fondo Monetario Internacional proyecta para Honduras un crecimiento económico de 3.5 por ciento, un crecimiento por debajo del esperado de entre cuatro y cinco por ciento.
La empresa privada ha advertido que una recesión en Honduras se traduciría en el desplome de variables macroeconómicas, así como en la disminución productiva, menos ingresos y mayor desempleo, desigualdad, pobreza y exclusión social.
La recomendación de los entendidos es que las autoridades adopten una política monetaria que permita el equilibrio de precios, conservar las reservas internacionales, recuperar las principales actividades económicas y fortalecer la posición fiscal.