San José, Costa Rica.- En una noche cargada de nerviosismo y con el rugido de la clasificación aún al alcance, Honduras y Costa Rica firmaron un pacto de eliminación.
Un empate sin goles, sin alma y sin clasificación cerró sus caminos rumbo al Mundial 2026.
El 0-0 en el Estadio Nacional de Costa Rica no solo apagó las luces de dos gigantes regionales, también reescribió el mapa futbolístico de Centroamérica.
Nicaragua, que hasta hace poco era el modesto de la zona, venció sorpresivamente a Haití y cambió el guion en el último capítulo.
Esa victoria inesperada los catapultó por encima de Honduras y Costa Rica, dejándolos fuera del corte clasificatorio.
Un partido que lo dijo todo sin decir nada La selección catracha llegó con presión, pero sin pegada.
El primer tiempo fue más cálculo que juego, y el segundo, una sucesión de imprecisiones disfrazadas de intentos.
No hubo un momento de quiebre, ni una jugada que definiera el futuro.El empate fue la consecuencia natural de dos equipos que no supieron cómo ganar.
La historia no recordará este partido por su juego. Lo hará por lo que significó: el fin de una era y el comienzo de muchas preguntas. Honduras y Costa Rica quedan fuera. El Mundial 2026 seguirá… sin ellos.
Ni la experiencia de Keylor Navas ni la potencia de Choco Lozano bastaron, ni la hinchada ni los técnicos.
Cuando el pitazo final llegó, nadie celebró. Porque no había nada que celebrar.
Una eliminación que duele doble Honduras y Costa Rica han sido pilares del fútbol centroamericano.
Entre ambas suman más de una decena de participaciones mundialistas
La eliminación simultánea es histórica, pero no en el buen sentido, refleja una región que no supo reinventarse a tiempo.
Mientras Nicaragua celebra lo impensado, los dos colosos deberán mirar hacia adentro, porque esta vez no fue culpa del árbitro, ni del clima, ni del VAR.
Fue una suma de errores, ciclos caducos, falta de renovación y estructuras que ya no sostienen sueños. ¿Y ahora qué?.
En Honduras, los cuestionamientos al cuerpo técnico no tardarán. En Costa Rica, el final de una generación dorada parece ya oficial.
Ambos países enfrentarán meses de autocrítica (o evasión), y una afición frustrada que siente que se les robó algo más que un boleto al Mundial: se les robó la ilusión.
Nicaragua, Haití y hasta Panamá han cambiado las reglas del juego en la CONCACAF.
La región ya no es de los mismos de siempre. El fútbol ha hablado, y esta vez lo hizo sin gritos, sin goles, y sin perdón.
