Más de 500 mujeres que ahora no pueden trabajar pertenecen a la plantilla de una veintena de oenegés que son ejecutoras de proyectos de ayuda para un millón de mujeres y niñas en Afganistán financiados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), dijo hoy este organismo.
«Las recientes restricciones (al trabajo de las mujeres) nos obligan a detener temporalmente actividades esenciales para el pueblo afgano, en particular para mujeres y niñas», indicó el ACNUR en un comunicado en el que se ha unido a la invocación de numerosas organizaciones internacionales para que los talibanes reviertan la prohibición.
La medida afecta a todas las mujeres que trabajan en organizaciones no gubernamentales, locales e internacionales, en Afganistán.
El trabajo de esas mujeres consistía en prestar ayuda y encontrar soluciones a la problemática de 3,4 millones de desplazados internos en Afganistán, además de otros 2,9 millones de afganos que son refugiados en otros países.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, destacó que las mujeres han tenido un rol de liderazgo en las 34 provincias de Afganistán, permitiendo que el organismo preste ayuda a más de seis millones de personas desde agosto de 2021.
Agregó que la prohibición de que trabajen en este tipo de entidades puede tener graves consecuencias en 40 millones de personas.