Un trágico tiroteo ocurrido este miércoles por la mañana en la Escuela Católica Annunciation, ubicada en el sector suroeste de Minneapolis, dejó al menos dos personas muertas, además del agresor, y alrededor de 20 heridos. Según fuentes del Departamento de Justicia de EE. UU., el atacante resultó muerto tras dispararse, en lo que se considera un caso de asesinato seguido de suicidio.
El incidente se produjo durante una Misa matutina escolar, apenas dos días después del inicio del año lectivo en ese centro que atiende desde pre-kínder hasta octavo grado. Testigos describieron escenas de pánico cuando un hombre vestido de negro abrió fuego a través de los vitrales de la iglesia, disparando entre 50 y 100 balas.
La respuesta fue inmediata: cuerpos policiales locales, agentes del FBI, el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), y servicios médicos arribaron al sitio. Las autoridades confirmaron que el agresor fue neutralizado y que no existe amenaza activa para la comunidad.
La conmoción no tardó en llegar a los líderes políticos. El gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó el hecho como “horrible” en redes sociales, y pidió oraciones “por nuestros niños y maestros”. El presidente Donald Trump informó haber sido informado de la situación y aseguró que la Casa Blanca la monitorea de cerca.
La comunidad educativa y local enfrenta ahora el impacto de este acto de violencia, mientras las investigaciones continúan en curso para esclarecer el móvil del ataque y fortalecer las medidas de protección en entornos escolares y religiosos.
