Puerto Príncipe, Haití
El sistema sanitario de Haití continúa deteriorándose en medio de una grave crisis política y económica, exacerbada por la proliferación de bandas armadas que han ganado fuerza en el último mes.
Antes del estallido de violencia el pasado 29 de febrero, el sistema sanitario local ya enfrentaba una severa crisis, con el cierre de numerosos centros de atención médica. Desde entonces, la situación ha empeorado considerablemente, con 1.554 muertes y 826 personas heridas en los primeros tres meses del año, según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Emergencia Sanitaria
Organismos internacionales han advertido sobre la crítica situación del sistema sanitario haitiano, con escasez generalizada de suministros, incluyendo agua, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades infecciosas como el cólera, que en el pasado ha causado cientos de muertes en el país.
La dificultad para acceder a diferentes regiones del país obstaculiza las labores de respuesta, impidiendo la distribución de equipos médicos y sanitarios necesarios para hacer frente al cólera, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Solo tres hospitales están operativos en Puerto Príncipe, donde el 90% del territorio está bajo el control de bandas armadas.
Niños en mayor riesgo
La crisis ha golpeado especialmente a los niños, quienes han sido víctimas de la violencia armada y enfrentan graves consecuencias para su salud mental y física, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Unicef y su aliado Apadeh están proporcionando actividades psicosociales en los campamentos de desplazados para ayudar a los niños a superar el trauma de la violencia. Además, la violencia armada está exacerbando la crisis nutricional del país, con un aumento del 19% en el número de niños que sufren de desnutrición aguda grave en 2024, según la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (CIF).
La situación en Haití se deterioró a partir del 29 de febrero cuando bandas armadas se unieron para exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, quien se encuentra actualmente en Estados Unidos y ha aceptado renunciar una vez que se establezca un consejo presidencial de transición.
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