Madrid, España
El 28 de mayo, con motivo del Día Mundial del Hambre, diversas organizaciones no gubernamentales han alertado sobre una creciente y devastadora crisis alimentaria global.
Actualmente, unos 783 millones de personas se van a la cama con hambre cada noche, un número que refleja la gravedad de la situación mundial.
El Comité de Emergencia Español, compuesto por Aldeas Infantiles, Educo, Médicos del Mundo, Oxfam Intermón, Plan Internacional y World Vision, ha emitido un comunicado destacando que factores como los conflictos, las crisis económicas, el cambio climático y el aumento de los precios han exacerbado las crisis humanitarias, dejando a millones de familias en desesperada necesidad de ayuda.
Desde 2019, el número de personas que enfrentan hambre extrema se ha casi duplicado, alcanzando los 258 millones en 58 países en 2023. Según el Programa Mundial de Alimentos, unos 783 millones de personas padecen hambre crónica.
En los últimos cuatro años, las necesidades humanitarias se han duplicado. Actualmente, 1 de cada 23 personas requiere ayuda humanitaria solo para sobrevivir, de las cuales la mitad, unos 170 millones, son menores de edad.
“Los niños y niñas expuestos al hambre tienen más probabilidades de verse forzados al matrimonio o al trabajo infantil, ya que buscan desesperadamente comida suficiente para cada día.
Los alimentos básicos como la leche, los huevos o el pollo no deberían considerarse un lujo y tienen que estar al alcance de todo el mundo para poder tener una dieta equilibrada”, explica Eloisa Molina de World Vision.
Desde Plan Internacional, Fernando Álvarez subraya que “los países con mayor inseguridad alimentaria son también los que tienen una mayor desigualdad de género”. Casi el 30 % de las mujeres en todo el mundo sufren inseguridad alimentaria de moderada a grave.
Pilar Orduña, responsable de acción humanitaria de Oxfam Intermón, denuncia que “la desigualdad aumenta y vemos cómo los mil millonarios acumulan cada vez más riquezas a expensas del resto de la población”. La crisis alimentaria mundial se perfila como una de las mayores amenazas a la estabilidad y el bienestar global, demandando una respuesta urgente y coordinada de la comunidad internacional. EFE