Ambas mujeres enfrentan cargos como coautoras del delito de encubrimiento de violación agravada, trata de personas.
Tegucigalpa, Francisco Morazán
La Unidad Contra la Trata, Explotación Sexual Comercial y Tráfico de Personas (UTESCTP) obtuvo en audiencia inicial el auto de formal procesamiento y prisión preventiva para dos mujeres.
Las mujeres responden a los nombres de Miriam Carolina Guido Espita y Jabaida Suazo Cuevas.
Las mujeres fueron capturadas el pasado 24 de junio mediante un allanamiento ejecutado por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC).
La captura se ejecutó en la comunidad de Pusuaya, municipio de Puerto Lempira, Gracias a Dios.
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Ambas mujeres enfrentan cargos como coautoras del delito de encubrimiento de violación agravada, trata de personas con la finalidad de provocación de embarazo forzado agravado en concurso real.
Además, a Miriam Carolina se le imputa el delito de explotación sexual de menores de edad agravada.
Según las investigaciones de la ATIC, en marzo de 2019, la ofendida fue llevada desde San Pedro Sula, Cortés, hasta la comunidad de Pusuaya por Miriam Carolina Guido Espita, quien engañó a la madre de la menor diciendo que la ayudaría en La Mosquitia por tres meses.
La menor fue enviada a La Ceiba, Atlántida, acompañada de Jabaida Suazo Cuevas, y luego se unió Miriam Carolina, llegando al día siguiente a Pusuaya.
Una vez en la vivienda de Miriam Carolina, la menor fue retenida, obligada a realizar labores domésticas todo el día, y sometida a agresiones físicas y verbales si se negaba.
Fue asignada a un cuarto donde era abusada sexualmente de forma constante por un hombre con orden de captura, con el conocimiento y consentimiento de Miriam Carolina.
Como resultado de estos abusos, la menor quedó embarazada sin recibir un adecuado seguimiento médico. Dio a luz a un niño que falleció poco después de nacer.
Aprovechando esta situación, la ofendida le pidió a Miriam Carolina regresar a San Pedro Sula, a lo que la imputada respondió que debía quedar embarazada nuevamente para poder regresar.
En una de las pocas ocasiones en que la menor salió de la casa, logró comunicarse con su padre, quien al conocer la situación la rescató y presentó la denuncia correspondiente.
Esta denuncia dio lugar al allanamiento apoyado por la Fuerza Naval y la Fuerza Aérea.
