Francia
Kylian Mbappé destrozó a la Real Sociedad en el Reale Arena con un doblete que colocó al PSG en los cuartos de final de la Champions League.
La estrella gala no dio pie a la gesta de los hombres de Imanol, necesitados de dos goles para igualar la eliminatoria, los mismos que hizo el ‘7’ de los parisinos para zanjar la contienda en dos zarpazos.
La Real salió con todo, como en París, y con el resultado de la ida muy presente, pero el fuelle de los de Imanol no duró demasiado. En seguida tomó las riendas Mbappé, dueño y señor de un partido que decidiría a su gusto.
La primera del galo llegó a los diez minutos. Se zafó de Traoré con velocidad por la banda izquierda y colocó el balón en el corazón del área para el remate de Barcola, atajado por Remiro en una salida sensacional.
Tan solo sería el preludio del gol, sellado por el propio Mbappé seis minutos después tras regatear a Zubeldia con una elástica y explotar el esférico con la diestra al palo largo.
El gol fue un jarro de agua fría para la grada silenciada por el tanto del galo que ponía a los suyos con pie y medio fuera. Sin embargo, la gente no iba a permitir el hundimiento de los suyos y poco a poco recobró el ánimo, como los once de la Real sobre el césped de Anoeta.
Parecía que los txuri-urdin se hacían con los mandos del duelo, pero las ocasiones no llegaba y Mbappé volvió a aparecer para recordar a los locales quién era el dueño del juego. La ocasión llegó de una recuperación de Barcola en una mala salida de balón de la Real, él fue el encargado de cedérsela a Mbappé, que conectó un disparo raso atajado magistralmente por Remiro.
Había dudas de si Luis Enrique sustituiría a Kylian con el pase resuelto, pero optó por sacar de campo a Barcola por Kang- In Lee, asistente de la gran estrella a los pocos minutos de la reanudación. El segundo del ‘7’ llegó gracias a un gran pase filtrado a la espalda de Zubeldia que le permitió avanzar sin oposición hasta el mano a mano perfectamente ejecutado al primer palo de Remiro.
La Real parecía muerta, aunque apuró sus opciones con la entrada de Barrene y Turrientes por Becker y Brais Méndez. Con los cambios llegaron las ocasiones, un gol anulado por fuera de juego y un pase de la muerte no rematado por milímetros, ambas de un Barrene impecable en actitud pero sin premio al final de los noventa minutos.
Sí la tendría Oyarzabal, que se equivocó al picar un balón ante Donnaruma tras robar el balón en una mala salida de una confiada defensa gala. También contaría con su opción Zubimendi, pero tocó mal ese pase de la muerte bien colocado por Traoré. Al final el premio —de consolación— lo puso Merino al remachar un balón rechazado por Donnaruma. Con su tanto acabó el duelo y el sueño europeo de la Real, convertido en pesadilla por el ‘coco’ Mbappé.