
Kentucky, EE.UU. – La vida de Roxana Carolina Reyes Ruiz, de 28 años, se apagó trágicamente el pasado jueves 12 de septiembre en un accidente automovilístico en el condado de Grayson, Kentucky, cuando huía de Washington D.C. con sus dos hijas, de 1 y 4 años, por miedo a ser detenida por las autoridades migratorias estadounidenses (ICE).
Según medios locales, Roxana buscaba llegar a Texas para reunirse con su hermano, Edgar Reyes Ruiz, cuando el vehículo en el que viajaban se salió de control y fue impactado por otro automóvil.
La madre murió en el lugar, mientras que sus hijas resultaron heridas; la mayor de ellas continúa luchando por su vida en un hospital local.
El hermano de Roxana relató momentos de angustia tras el accidente. El conductor del vehículo se comunicó con él para decir: “Perdóname, no pude hacer nada por tu hermana”. Las autoridades confirmaron que el chofer fue arrestado y enfrenta cargos por huir de la escena y manejar sin licencia válida.

La familia, devastada por la pérdida, espera repatriar el cuerpo a Honduras y ha solicitado apoyo de la comunidad para afrontar la tragedia. “No es justo que seamos perseguidos como delincuentes, hasta perder la vida”, lamentó Sulmy Fonseca, prima de la víctima.
Este hecho pone de relieve el alto costo humano de la persecución migratoria en Estados Unidos, especialmente para quienes buscan reunirse con familiares y escapar de la incertidumbre legal. La historia de Roxana resalta la vulnerabilidad de madres y menores en tránsito, y el impacto devastador que puede tener el miedo a la deportación en la toma de decisiones durante viajes peligrosos.