París.- Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos se celebran alrededor del mundo y con esto llega uno de los momentos más esperados por los millones de espectadores y deportistas: la ceremonia de inauguración con el llamativo encendido de la llama olímpica.
El pebetero olímpico es una estructura diseñada para contener y exhibir la flama olímpica durante la celebración de los Juegos Olímpicos.
Este símbolo emblemático es encendido durante la ceremonia de apertura y permanece ardiendo hasta la ceremonia de clausura, marcando el inicio y el final de los juegos.
El uso del pebetero olímpico tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde se encendían fuegos sagrados en altares dedicados a los dioses.
En los Juegos Olímpicos modernos, la llama olímpica representa los valores de paz, amistad y fraternidad entre los pueblos del mundo.
Mientras que; n los Juegos Olímpicos antiguos, realizados en Olimpia, Grecia, se encendían fuegos sagrados en los altares de Zeus y Hera.
La tradición del pebetero y la llama olímpica fue reintroducida en Ámsterdam en 1928
Asimismo; La tradición del pebetero y la llama olímpica fue reintroducida en los Juegos Olímpicos modernos en los Juegos de Ámsterdam 1928.
Desde entonces, la llama olímpica ha sido una parte integral de los Juegos Olímpicos.
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Durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, la llama olímpica es utilizada para encender el pebetero en el estadio principal, marcando el inicio oficial de los juegos.
El pebetero olímpico y la llama olímpica simbolizan la unidad y la paz entre las naciones participantes. La llama es un recordatorio del compromiso de los Juegos Olímpicos con la promoción de la amistad y la cooperación internacional.