
Honduras – La propuesta de imponer un impuesto del 3,5 % a las remesas enviadas desde Estados Unidos ha encendido las alarmas en América Latina, especialmente en países como Honduras, México, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, donde estos envíos representan una fuente vital para la economía y el sustento familiar.
El proyecto, impulsado por el expresidente y precandidato republicano Donald Trump, ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y se encuentra en discusión en el Senado.
De aprobarse, entraría en vigor el 1 de enero de 2026 y afectaría a personas que no sean ciudadanos estadounidenses, incluidos residentes legales y trabajadores con visas temporales. Los ciudadanos estadounidenses estarían exentos siempre que verifiquen su estatus con proveedores calificados.
Honduras entre los más golpeados
En el caso de Honduras, las remesas representan el 26,8 % del Producto Interno Bruto (PIB). Solo entre enero y abril de 2025, el país recibió 3.608,9 millones de dólares, un 20,9 % más que en el mismo período de 2024.
De aplicarse el impuesto, el impacto anual sería de 275 millones de dólares menos para las familias hondureñas, afectando directamente el consumo, la educación y el acceso a servicios básicos.
En países como México, donde las remesas alcanzaron los 64.745 millones de dólares en 2024 (3,4 % del PIB), la preocupación también es alta. Algunos estados, como Chiapas, Michoacán o Guerrero, dependen hasta en un 20 % de estos ingresos.
En Guatemala, estas transferencias equivalen al 19,2 % del PIB. En mayo de 2025 se registró un récord de 2.281 millones recibidos en un solo mes. El Salvador recibió 8.479 millones de dólares en 2024 (24 % del PIB), mientras que Nicaragua reportó 5.243 millones, con una dependencia del 26,6 % del PIB.
El impacto sería devastador. Economistas centroamericanos advierten que una caída de solo el 7 % en las remesas podría traducirse en crisis familiares, repunte migratorio y contracción económica en los países más afectados.