Tegucigalpa, Honduras. Preocupados se encuentran microempresarios y vendedores de bebidas embriagantes ante las casi dos semanas de labores paralizadas por parte del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (Stibys), a nivel nacional.
La medida de presión no solo afecta a los consumidores, sino también a empleados y emprendedores que dependen de la comercialización de bebidas en pulperías, mercaditos, supermercados, cafeterías, restaurantes y bares.
Durante esta temporada navideña, la situación amenaza con perjudicar a más de 80,000 familias, quienes piden a los sindicalistas sensatez, cordura y priorizar el bien común.
El desabastecimiento generado por la suspensión en la producción y distribución de bebidas golpea fuertemente la economía nacional, dejando al Estado sin percibir millones de lempiras en concepto de impuestos, en una de las épocas pico de ventas más importantes del año.
Esta es la primera vez en años que el sindicato abandona la mesa de diálogo y declara una huelga indefinida durante un periodo crítico para el comercio.
Empresarios y comerciantes han hecho un llamado urgente para que las partes retomen las negociaciones y se eviten mayores pérdidas económicas en el país.
Mientras tanto, el panorama para los pequeños negocios sigue siendo incierto, con miles de familias enfrentando la posibilidad de un diciembre sin ingresos debido a la falta de productos para la venta.