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Hallan cuerpos de diez migrantes ahogados en el Caribe Panameño

Panamá – La policía de fronteras panameña ha encontrado los cuerpos sin vida de diez migrantes que fallecieron ahogados en una zona del Caribe panameño.

Estos migrantes habían llegado desde Colombia, intentando evitar la peligrosa ruta a través de la selva del Darién en su camino hacia Norteamérica.

El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) informó que los cuerpos fueron hallados en las afluentes ribereñas cercanas a la comunidad de Carreto.

Según el comunicado oficial, las víctimas murieron a causa de una cabeza de agua, un fenómeno de crecida repentina en ríos.

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El Senafront ha indicado que es probable que los cuerpos hayan sido sepultados previamente para encubrir vínculos criminales relacionados con el tráfico de migrantes, y que posteriormente fueron desenterrados.

Las autoridades panameñas subrayaron que están trabajando para canalizar la migración irregular a través de corredores humanitarios que ofrecen mayor protección.

Sin embargo, lamentaron que la delincuencia organizada, con la colaboración de locales en las comunidades costeras del Caribe, siga utilizando rutas no autorizadas, poniendo en grave riesgo a los migrantes.

“El Senafront reiteró que el paso autorizado para la migración irregular es el que conduce a Cañas Blancas, donde se disponen de patrullas especializadas para su protección y asistencia humanitaria,” destacaron en su comunicado.

Rutas Migratorias y Medidas de Seguridad

La ruta por Carreto, en el Caribe panameño, es conocida por su alto costo, requiriendo hasta 550 dólares para un bote desde Capurganá, Colombia, seguido de una caminata de dos a cuatro días a través de la selva para llegar a Canaán Membrillo, según un informe de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) de 2023.

Desde el inicio de la nueva administración del presidente José Raúl Mulino el 1 de julio, Panamá ha implementado varias medidas para reducir el flujo de migrantes a través de la peligrosa selva del Darién.

Estas incluyen la instalación de “barreras perimetrales” en unos 4,7 kilómetros de la selva para controlar el flujo migratorio y promover un “corredor humanitario”.

Aunque aún se espera información comparativa de todo el mes de julio, las autoridades han observado una reducción en el número de migrantes desde la implementación de estas medidas.

El director general del Servicio Nacional de Migración, Roger Mojica Rivera, destacó que la política migratoria del país sigue principios internacionales para una migración segura, ordenada y regular, reconociendo que la travesía por la selva del Darién no es segura, ni ordenada, ni regular.

El Darién, una selva de 266 kilómetros que forma la frontera natural entre Panamá y Colombia, sigue siendo una ruta peligrosa para los migrantes, quienes enfrentan riesgos como crecidas repentinas, ataques de animales salvajes, grupos armados, abusos sexuales y robos durante su tránsito.

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