El Gobierno de El Salvador empezó con la destrucción de las tumbas de supuestos pandilleros que contaban con símbolos o imágenes relacionadas a estructuras delictivas.
Así lo dio a conocer en las últimas horas el viceministro de Justicia, Osiris Luna, quien indicó en su cuenta de Twitter que “los terroristas honraban las tumbas y colocaban flores a sus integrantes. En este país, las pandillas ya no tienen cabida”.
Según el Gobierno, las personas privadas de libertad en fase procesal de confianza que pertenecen al programa penitenciario “Yo cambio” fueron quienes destruyeron varias lápidas en el cementerio de Santa Tecla, a unos 10 kilómetros de la capital San Salvador.
Las autoridades afirmaron que los restos de las personas fallecidas siguen en su lugar de sepultura, pero los familiares ya no podrán colocar ningún mensaje o imagen relacionada con maras o pandillas.
De igual manera, el Gobierno de Nayib Bukele lleva varias jornadas borrando grafitis para evitar que las pandillas pinten mensajes que generen temor en la ciudadanía.
Guerra contra las pandillas
Estas medidas son parte de la guerra contra las pandillas que Bukele lleva a cabo desde que a finales de marzo de 2022 hubo un repunte de violencia que dejó 62 muertos en un solo día.
En respuesta a las medidas oficiales, y a pedido del gobierno, la Asamblea Legislativa aprobó el 29 de marzo el régimen de excepción que ha sido prorrogado en siete ocasiones por periodos de 30 días.
El último fue aprobado por la Asamblea el pasado 14 de octubre. Las autoridades dicen que, desde su vigencia, fueron detenidas más de 56.000 personas.
El régimen suspende garantías constitucionales, como la libertad de asociación y el derecho a la defensa, y extiende de 72 horas a 15 días la detención provisional. Además, permite a las autoridades la intervención de las telecomunicaciones sin necesidad de la autorización previa de un juez.