Madrid, España — El asesino confeso de Heidi Paz vuelve a pronunciarse por escrito, esta vez para contar cómo llevó a cabo el crimen y para desvelar que contó con un cómplice cuya identidad aún no ha desvelado.
Meses atrás, “El rey del cachopo” reconocía el crimen por el que se le acusaba, a través de una carta de su puño y letra desde la cárcel, César Román pedía perdón a la familia y aseguraba que estaba dispuesto a detallar cómo ocurrió todo.
Esta vez relatando cómo llevó a cabo el asesinato. En el escrito, admite que Heidi perdió la vida en la oficina de su empresa, tras una acalorada discusión. “Fue un único disparo y en absoluto fue algo ni premeditado ni previsto en absoluto”, asegura.
Según “El rey del cachopo”, compró el arma del crimen a una persona eslava para su protección personal, pero jamás imaginó que ocurriría algo así: “No me podía creer lo que había hecho, la besé, le grité desesperado“.
En la carta, César Román añade que, tras intentar reanimarla sin éxito, empezó a marearse y terminó recurriendo a una persona de su confianza para que le ayudase con el cuerpo. “Pasó desapercibida para la policía o, mejor dicho, minusvalorada”, advierte.
Si bien es cierto que el portero de la finca colindante a la nave aseguraba que vio salir a una persona que, aparentemente, no era César, ese indicio no llevó a ningún sitio. Con esta confesión, el futuro de la investigación cambia por completo.
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