Estados Unidos
Un gol del extremo Robert Taylor a los 39 minutos y otro del paraguayo Diego Gómez a seis minutos del final le dieron la victoria a los locales.
Messi no marcó, pero volvió a ser la estrella del partido, un peligro constante para la zaga del Real Salt Lake con sus galopadas, regates y pases como la asistencia del primer gol.
“Lo vi muy suelto, muy fino, con mucha velocidad (…) Está bien, está motivado y se siente bien físicamente”, dijo sobre él su entrenador, Gerardo Martino, en la rueda de prensa pospartido.
El rosarino hizo disfrutar a los más de 20.000 espectadores que llenaron el estadio del Inter, una costumbre desde que llegó la “Messimanía” a Florida en julio pasado. Entre ellos estaba otra estrella, el actor Will Smith.
La hinchada también asistió al debut del uruguayo Luis Suárez en la MLS, presentado a la afición antes del partido, en compañía de su familia y de los dueños del Inter, Jorge Mas y David Beckham.
El ‘Pistolero’ dio su primer asistencia en el torneo, pero no abrió su cuenta goleadora.
Messi, siempre decisivo
El Inter se adueñó rápidamente del partido, desactivando con su presión alta a un rival inofensivo, incapaz de conservar la pelota. Con el balón, los locales trataban de encontrar cuanto antes a su trío de ataque: Taylor, Suárez y Messi.
El tridente, al que se sumó a menudo Jordi Alba por la izquierda, combinó una y otra vez durante la primera media hora, pero sin lograr afinar el último pase.
Messi abandonaba con frecuencia la banda para recibir entre líneas, ahí donde su vista, sus regates y sus arrancadas pueden ser letales.
Y así fue, una vez más. El argentino, que había fallado una ocasión bastante clara antes, recibió en la zona de tres cuartos, aceleró, vio el desmarque de Taylor y le filtró un buen pase. El extremo cruzó su disparo y recibió la ayuda del portero contrario, de mano poco firme, para abrir el marcador.