
Washington, 26 de agosto de 2025. En medio de críticas por el despliegue de tropas y sus ejecuciones ejecutivas en ciudades demócratas, el presidente Donald Trump salió al paso este lunes con una acusación directa: “No soy un dictador”, aseguró desde el Despacho Oval, subrayando en cambio que es “un hombre con gran sentido común” y “muy inteligente”.
Las críticas surgieron tras firmar cuatro órdenes ejecutivas y mostrar su intención de replicar en Chicago el despliegue militar aplicado en Washington D.C., pese a la oposición de autoridades locales. Trump justificó esta estrategia como parte de su lucha contra la delincuencia, pero lejos de ser aplaudido, fue tachado por algunos sectores como autoritario: “Dicen: ‘Él es un dictador’”, comentó el mandatario, al mismo tiempo que rechazaba esta descripción.
Los medios también reportaron las palabras más polémicas del presidente: “Mucha gente dice: ‘Tal vez nos vendría bien un dictador’”, agregó Trump, quien insistió en que esa no es su forma de ser o gobernar.
Este fuerte discurso se enmarca en un creciente debate sobre la expansión del poder ejecutivo y su impacto en la democracia estadounidense. Críticos advierten que el uso excesivo de órdenes ejecutivas y el despliegue militar en contextos civiles pueden erosionar libertades fundamentales.
Con estas declaraciones, Trump busca reafirmar su liderazgo y contrarrestar las acusaciones de autoritarismo, apelando al “sentido común” y presentándolo como su sello de gobernabilidad.