Lamine Yamal lleva haciendo historia del fútbol español prácticamente desde su debut con el primer equipo del Barça.
Sin embargo, ni la fama ni los títulos parecen habérsele subido a la cabeza; El joven futbolista volvió a acordarse de sus orígenes durante la celebración de la Eurocopa en Berlín.
El catalán no dudó en sacar una bandera de Mataró para lucirla por todo el Estadio Olímpico de Berlín. El extremo posó con la copa y la bandera, que posteriormente se puso al rededor de la cintura para seguir la celebración. Una cruz roja sobre una tela azul representa a los casi 130.000 habitantes del municipio catalán.
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Pese a que Lamine Yamal ha acumulado gran popularidad en poco tiempo, sigue teniendo los pies en la tierra.
El blaugrana ha dejado claro que su barrio, Rocafonda, es una parte importante de su personalidad, cada vez que el español marca un gol lo celebra haciendo un 304 con los dedos.
Este gesto es un guiño directo al barrio que le vio nacer y dar los primeros pases con el balón. No se trata de otra cosa que de los tres últimos dígitos del código postal de Rocafonda (08304).
Precisamente el padre de Lamine Yamal festejó, junto a su hijo, con este número a la espalda. Precisamente esos tres números también los lleva serigrafiados en sus botas, junto a las banderas de Marruecos y Guinea Ecuatorial, en referencia a las nacionalidades de sus padres.
El éxito de Yamal ha servido para dar a conocer el barrio por algo más que la masificación de la zona y los conflictos.
Después de verle jugar en las plazas, los niños de Rocafonda sueñan con ser como el chico que llegó al Barcelona.
“Es un referente para los niños pequeños. Mucha gente aquí aspira a ser como él. El 304 simboliza el barrio, representa a todos. Que él lo haga nos da a conocer a todo el mundo”, afirmaba José Palacios, vecino del barrio, a El País.
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