Redacción – El trasplante o microinjerto capilar es una intervención ambulatoria cada vez más demandada en el mundo para combatir la alopecia.
Aunque los pacientes suelen esperar resultados inmediatos, lo cierto es que este procedimiento tiene una evolución marcada por etapas, y la primera gran transformación comienza a partir de la semana doce.
En este tiempo, las unidades foliculares implantadas pasan por un periodo de reposo mientras se adaptan a su nueva ubicación en el cuero cabelludo.
Durante el primer mes, incluso, el cabello trasplantado suele caerse, pero el folículo queda asentado para dar paso al nuevo crecimiento.
Etapas del crecimiento del injerto
Entre el segundo y tercer mes, el paciente empieza a notar los primeros cabellos. Estos nacen más débiles, pero ya son definitivos, pues están genéticamente programados para resistir la alopecia androgenética.
A partir del cuarto mes, el crecimiento capilar se hace más notorio, y hacia los seis meses los resultados son visibles con mayor densidad y uniformidad. La evolución sigue hasta los ocho o nueve meses, cuando el aspecto del cabello es más estético y natural.
El resultado definitivo se aprecia al cumplir un año de la cirugía: el paciente logra una melena con densidad adecuada, calidad capilar y un aspecto completamente integrado con el resto del cabello.
Resultados permanentes
El éxito del injerto capilar radica en que los folículos extraídos de la zona donante generalmente la parte posterior y lateral de la cabeza están genéticamente programados para no caerse. Esto significa que el cabello trasplantado puede durar toda la vida.
Si bien la edad y el paso del tiempo influyen en la calidad del pelo, el microinjerto permite a las personas mantener una imagen rejuvenecida, natural y con un impacto positivo en su autoestima.
