
Yoro, Honduras – La Policía Nacional confirmó que Óscar Roberto Melara, conocido como “El Pollo”, era el objetivo principal de la masacre ocurrida la mañana de este lunes dentro de un gimnasio ubicado en la colonia El Porvenir, en el municipio de Morazán, Yoro, al norte de Honduras.
El hecho violento dejó cuatro personas muertas, identificadas como Óscar Roberto Melara (29 años), Néstor Lenin Lara Claros (26), Carlos Noé Lezama Giménez (43) y José Antonio Pérez Quijada (20).
Así ocurrió la masacre
Según el informe preliminar, alrededor de las 7:30 de la mañana, seis hombres fuertemente armados ingresaron al gimnasio a bordo de un vehículo Mitsubishi color naranja plateado.
Testigos indicaron que dos de los atacantes vestían ropa similar a la militar, mientras que los otros cuatro portaban pasamontañas y chalecos parecidos a los de la ATIC (Agencia Técnica de Investigación Criminal).
Los agresores apartaron a las personas que no tenían relación con el objetivo y luego abrieron fuego contra las víctimas, provocándoles la muerte en el lugar.
De acuerdo con las autoridades, solo uno de los fallecidos era guardaespaldas de Melara, mientras que los otros dos serían empleados de su finca, quienes habían llegado al gimnasio a dejarle agua mientras él realizaba ejercicios.
Antecedentes del principal objetivo
El subcomisionado Eduardo Rivera confirmó que “El Pollo” había sido detenido en múltiples ocasiones por diferentes delitos.
“Yo lo desarmé en varias ocasiones porque portaba el arma de manera visible e intimidaba a la población; se le decomisaron más de tres armas”, declaró Rivera.
Además, explicó que Melara obtuvo carta de libertad tras una detención por asesinato, aunque seguía siendo investigado por microtráfico y portación ilegal de armas.
Las autoridades también vinculan a Melara con actividades relacionadas al tráfico de drogas en la zona norte, particularmente en el departamento de Yoro, donde mantenía influencia sobre varias comunidades.
Líneas de investigación
Aunque el móvil del crimen aún no se ha confirmado oficialmente, los equipos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) manejan dos hipótesis principales:
- Ajuste de cuentas por actividades ilícitas relacionadas con el microtráfico.
- Venganza personal, debido a presuntas enemistades previas.
El subcomisionado Rivera reveló que existen versiones que vinculan a Melara con la orden de asesinato de otra persona en Yoro, hecho que podría estar relacionado con la represalia que derivó en la masacre.



