
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría analizando autorizar operaciones militares en tierra contra el narcotráfico en Venezuela y Colombia, en lo que sería una expansión de la ofensiva antidrogas que su administración mantiene desde hace semanas en el Caribe y el Pacífico.
La información fue divulgada este domingo por el senador republicano Lindsey Graham, uno de los aliados más cercanos del expresidente.
Durante una entrevista en el programa Face The Nation, de la cadena CBS, Graham aseguró que Trump le dijo que, a su regreso de Asia, informará al Congreso sobre los posibles siguientes pasos de la campaña militar. Consultado sobre si la Casa Blanca planea pasar de ataques marítimos a incursiones en tierra, el legislador respondió con un “sí” rotundo.
Ofensiva marítima, críticas y defensa del uso de la fuerza
El senador defendió la postura de Washington tras más de un mes de operativos contra embarcaciones sospechosas de transportar droga.
Estados Unidos ha reportado el hundimiento de al menos 10 lanchas con 43 tripulantes desde el inicio de la ofensiva militar en septiembre. Según Graham, Trump tiene la autoridad para ordenar estas acciones y aseguró que se trata de una guerra legítima para “proteger a los estadounidenses” del llamado narcoterrorismo.
Sin embargo, desde el Congreso también surgieron fuertes cuestionamientos. El senador demócrata Rubén Gallego calificó los ataques como “asesinato autorizado”, denunciando que no se ha dado derecho a un debido proceso ni se ha demostrado que las embarcaciones transportaban drogas. Organizaciones civiles han hecho observaciones en la misma línea.
Graham rechazó las críticas y afirmó que el Ejército “no está asesinando a nadie”, sino cumpliendo órdenes legales. Añadió que cualquier expansión militar a territorio venezolano o colombiano tendría el objetivo exclusivo de frenar el flujo de droga hacia Estados Unidos.
Un escenario tenso en la región
La posible incursión terrestre elevaría la tensión en América Latina, especialmente en un contexto donde los gobiernos de Venezuela y Colombia han acusado a Washington de violar la soberanía regional. De concretarse, sería uno de los movimientos militares más agresivos de la Casa Blanca en el hemisferio en años recientes.



