Panamá – El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llegó este sábado a Panamá en su primera gira oficial como el máximo diplomático del gobierno de Donald Trump.
Su visita a Centroamérica que incluye paradas en El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana tiene como objetivo reforzar la política exterior de la administración Trump, con un enfoque en la migración y la seguridad regional.
Prioridades en Panamá: migración y el Canal
En Ciudad de Panamá, Rubio abordará temas clave como la gestión del Canal de Panamá y la cooperación en materia migratoria.
Trump ha expresado en varias ocasiones que el canal debería volver a estar bajo el control de Estados Unidos, por lo que se espera que el tema forme parte de la agenda del diplomático estadounidense.
Además, Panamá juega un papel crucial en la reducción del flujo migratorio hacia Norteamérica debido al Tapón del Darién, una de las rutas más peligrosas para los migrantes que intentan llegar a la frontera sur de EE.UU.
Cooperación migratoria con El Salvador y Costa Rica
Rubio también tiene previsto reunirse con el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para discutir un posible acuerdo de asilo similar al Acuerdo de Terceros Seguros que existió durante el primer mandato de Trump.
Este acuerdo permitiría a EE.UU. enviar a El Salvador a solicitantes de asilo no salvadoreños para que busquen protección en ese país.
Otro tema clave será la deportación de miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua a El Salvador, donde la política de seguridad de Bukele ha sido elogiada por la administración Trump.
En Costa Rica, Rubio explorará la posibilidad de implementar un programa de repatriación que facilite el regreso de migrantes extracontinentales a sus países de origen.
Un nuevo enfoque en las relaciones con América Latina
Rubio ha enfatizado la necesidad de trabajar con los países de origen para frenar la migración y aceptar el retorno de sus ciudadanos deportados. En un artículo reciente en el Wall Street Journal, afirmó que EE.UU. recompensará a los países que cooperen en la contención de la migración y ejercerá presión sobre aquellos que no lo hagan.
El viaje de Rubio servirá como una prueba para la estrategia migratoria de Trump en América Latina y su capacidad para fortalecer alianzas con gobiernos afines en la región.
