Un total de 14.197 menores de edad han sido deportados a Honduras en lo que va del presente año, según datos oficiales compartidos este jueves por la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden).
De acuerdo con el Coiproden, que citó datos de la Dirección Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) actualizados hasta el 31 de octubre de 2022, respecto a la misma fecha del año anterior (9.012) la deportación de menores a Honduras aumentó 37 %.
Es decir, hay un incremento de 5.185 casos más que en 2021, según los datos oficiales del Dinaf. Además, se detalló que, desde Estados Unidos han sido repatriados 8.912 infantes.
Por su parte, desde México fueron retornados al país 4.765 menores de edad y 154 de Guatemala. Del total de casos, el 56 % son niños y el 44 % restante son niñas.
De igual forma, se pormenorizó que 4.039 infantes al momento de su retención viajaban solos, sin ningún adulto responsable, y 10.158 estaban acompañados.
Difícil regreso a casa
Aunque la falta de trabajo y de generación de oportunidades sigue siendo la principal causa de emigración de los hondureños; en el caso de los menores la mayoría de los casos es motivada por la reunificación familiar.
Lo anterior significa que los padres de familia de estos infantes emigraron primero y luego enviaron por sus hijos. No obstante, una cantidad de estos casos culmina en la deportación.
Los menores de edad que cada año intentan llegar a Estados Unidos, según organismos de derechos humanos, lo hacen con la idea de reencontrarse con familiares y por la violencia que sufre el país.
Tanto los menores como las mujeres se constituyen como los grupos más vulnerables durante la travesía. Desde 2014 hasta la fecha, Honduras documentó más de 100.000 niños y jóvenes retornados.
La violencia se constituye como otra de las principales causas que empuja los flujos migratorios de menores, quienes huyen de las comunidades hacia el refugio que pueda brindar otro pariente, pero en un corto plazo los adultos responsables terminan decidiendo que lo mejor es emigrar.