Nueva York, EE.UU.
La recta final del juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández, por su presunta implicación en delitos relacionados con el narcotráfico, se vislumbra esta semana. El juez Kevin Castel anticipa que, si los interrogatorios concluyen mañana lunes, el jurado comenzará las deliberaciones para determinar el destino del exmandatario, quien aún no ha confirmado si testificará en su propia defensa.
A dos semanas desde el inicio del juicio en el Distrito Sur de Nueva York, persiste la incertidumbre sobre la participación de Hernández en el estrado para presentar su defensa ante los cargos de conspiración para narcotráfico y tráfico y posesión de armas. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentar una condena de por vida por su presunta participación en el envío de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos entre 2004 y 2022.
Durante las primeras semanas del juicio, diversos testigos, incluyendo narcotraficantes colaboradores con la justicia, agentes de la DEA y la exnovia de un líder de la Mara Salvatrucha MS-13, han expuesto los estrechos vínculos entre el narcotráfico y la política hondureña, involucrando a expresidentes, exdiputados y funcionarios actuales.
El más reciente testigo fue un expolicía hondureño, condenado en EEUU, quien afirmó haber contado con la protección de Juan Orlando Hernández y su hermano. La defensa del expresidente sostiene que carece de pruebas que demuestren su participación en sobornos, los cuales se estiman en aproximadamente 168.3 millones de lempiras según los testimonios.
La estrategia de la defensa se centra en cuestionar la credibilidad de los testigos, muchos de los cuales buscan beneficios, como reducción de condena o visas para residir en EEUU junto a sus familias.
El desenlace de este histórico juicio no solo definirá el destino de Juan Orlando Hernández, sino que también marcará un hito significativo en la relación entre la política y el narcotráfico en Honduras.
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