La iniciativa, enfocada a los privados de libertad sentenciados, tiene como objetivo incentivar y potenciar el trabajo, educación y lecturas, a cambio de una reducción de penas a prisión, todo de manera voluntaria.
En ese sentido, el proyecto de la Ley de Redención Judicial establece que por cada 2 días de trabajo penitenciario el preso disminuirá 1 día de su condena en reclusión.
“Será considerado (para este efecto) como actividad propia del establecimiento penitenciario u obra pública y por lo tanto será remunerado”, establece el proyecto.
Introducción penitenciaria (educación)
Asimismo, la Ley de Redención estipula que se reducirán 3 meses de pena por cada año de educación primaria o media finalizado y aprobado; el mismo beneficio será para aquellos que obtengan un título técnico.
Lectura
Mientras, se reducirán 48 días de prisión a quienes lean 12 libros en un año; cada una de estas obras debe ser comprendida, analizada y explicada ante una terna para validar la lectura.
Esta práctica se puede repetir anualmente, no obstante, el préstamo de cada libro no excederá los 30 días, indicó la colaboradora de la ley, Sandra Rodríguez, comisionada nacional del Mecanismo Nacional de Prevención Contra la Tortura, Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradante (MNP-Conaprev).
Entretanto, a quien curse una carrera universitaria se le disminuirán 10 días por cada unidad valorativa (utilizado en clases de pregrado) finalizada y aprobada.
Restricciones de la ley
La máxima reducción de pena establecida en el proyecto es de un tercio (1/3) para las personas sentenciadas hasta 15 años de prisión y de dos tercios (2/3) a los condenados a no más de 30 años.
Los casos de reclusos con penas mayores a 30 años que quieran ser beneficiarios con la redención será analizada por un juez para su aprobación o rechazo.
Por otra parte, no serán favorecidos los privados de libertad considerados reos habituales, que cometan un nuevo delito dentro de la cárcel o los sentenciados por femicidios.
Tampoco, quienes hayan cometido delitos de lesa humanidad, es decir, actos inhumanos como asesinato, exterminio, esclavitud, deportación o traslado forzoso, privación de libertad fuera del derecho internacional y tortura.
Tampoco, violación u otros crímenes sexuales, persecución por motivos discriminatorios, desaparición forzada, apartheid (segregación de un grupo humano por razones étnicas, culturales o sociales).
Actualmente, el sistema carcelario de Honduras, que se encuentra en proceso de intervención, está compuesto por 25 prisiones que albergan 19,594 privados de libertad; la capacidad máxima acumulada no supera los 15 mil reos.