Londres, Inglaterra
El Real Madrid cumplió con la lógica y ganó su 15ª Copa de Europa al imponerse al Dortmund en Wembley. Sin embargo, la final no fue nada fácil, ya que el equipo alemán disfrutó de más y mejores ocasiones para marcar.
No lo hicieron y lo acabaron pagando con la derrota ante un Real Madrid que, hasta el minuto 74, con el gol de Carvajal, tenía la final cuesta arriba. Ese gol cambió el partido, la final y abrió el camino del título para el Real Madrid.
El Real Madrid saltó al césped de Wembley con el cartel de favorito y con el once esperado por todo el mundo. Enfrente, un Dortmund con el equipo que eliminó al PSG y que tenía muy claro cómo debía jugarle a los blancos para ganar la Champions.
Los alemanes sabían lo que tenían que hacer, pero los blancos, si lo sabían, lo disimularon muy bien. Fue un equipo lento y previsible moviendo el balón, superado físicamente en el centro del campo y la zaga, y al que le costaba un mundo llegar a la meta rival.
El papel de favorito se le quitó al Real Madrid en un primer acto en el que el Dortmund tuvo hasta cuatro ocasiones muy claras para marcar en menos de 15 minutos. La primera, Brandt en el minuto 14. La segunda, de Adeyemi en el 21’.
La tercera, un disparo al poste de Füllkrug en el 23’, y la cuarta, otra vez Adeyemi en el 28’. Casi un cuarto de hora en el que, entre el poste, Courtois y la mala puntería de los alemanes, el Real Madrid se salvó de encajar gol. Unas ocasiones que, además, fueron idénticas: fallo blanco con el balón en el centro del campo, salida en tromba del Dortmund, la defensa hace aguas y, claro, con ese escenario, ocasión de gol alemana.
El gol de Carvajal en el minuto 74 fue un punto de inflexión. Hasta entonces, el Dortmund parecía tener el control del partido, pero ese tanto cambió la dinámica. A partir de ese momento, el Real Madrid encontró su ritmo y aseguró su 15ª Copa de Europa, añadiendo otro capítulo glorioso a su rica historia en la competición.