Estados Unidos – Mientras que en la mayoría de los países de América Latina y el mundo las elecciones se realizan en domingo, Estados Unidos tiene una peculiar tradición: las elecciones presidenciales se celebran el primer martes después del primer lunes de noviembre.
Este año, el 5 de noviembre, millones de estadounidenses decidirán entre Kamala Harris y Donald Trump para la presidencia.
Una tradición del siglo XIX
La razón detrás de este inusual día de votación se remonta a 1845. En ese entonces, el Congreso de Estados Unidos estableció la fecha de las elecciones tomando en cuenta las costumbres y limitaciones de la época, especialmente el uso de carruajes y la práctica religiosa.
La sociedad estadounidense era predominantemente rural, y los votantes vivían mayormente en granjas alejadas de las ciudades. Viajar a los centros de votación tomaba tiempo y recursos, y el domingo era el día de asistencia a la iglesia para la mayoría.
Los lunes también eran problemáticos, ya que implicaban viajar el día anterior, algo que muchos ciudadanos evitaban por considerarlo el “día del Señor”.
Además, el miércoles era el día de los mercados agrícolas, cuando los productores rurales vendían sus cosechas.
Así, el martes resultó ser el día más adecuado, permitiendo a los electores viajar el lunes sin interferir en sus actividades religiosas ni en sus compromisos laborales.
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¿Sigue siendo relevante hoy en día?
Con los años, la pertinencia de esta norma ha sido cuestionada, especialmente en una era digital en la que el acceso a las urnas podría facilitarse. Steve Israel, excongresista del Partido Demócrata, intentó en varias ocasiones aprobar una ley para mover las elecciones al fin de semana.
Según explicó en una entrevista en 2018, el martes es inconveniente para muchos votantes que tienen que cumplir con sus jornadas laborales, y un cambio al fin de semana podría aumentar la participación. A pesar de estos esfuerzos, la legislación no prosperó.
Esta inquietud también ha sido respaldada por organizaciones como “Why Tuesday?”, una ONG dedicada a promover que el día de votación se traslade al fin de semana para facilitar la asistencia.
Impacto en la participación electoral
La participación en las elecciones de Estados Unidos ha estado históricamente limitada por el día laboral en que se realizan.
Un estudio del Centro de Investigaciones Pew en 2017 señaló que los horarios laborales son una de las principales causas de abstención.
El comediante Chris Rock, en una presentación en 2008, lo expresó en tono humorístico: “No quieren que votes. Si quisieran, no haríamos las elecciones un martes”.
Antes de 2020, esta situación favorecía al Partido Republicano, ya que las personas con mayor disponibilidad de tiempo y recursos tenían más facilidad para votar.
Sin embargo, con la pandemia de COVID-19, se implementaron medidas que facilitaron el voto, incluyendo el voto por correo y el voto anticipado.
Desde 2020, se han aprobado 62 leyes en 25 estados para mejorar el acceso a las urnas, una tendencia que ha incentivado una mayor participación ciudadana. Fuente BBC