
Honduras – Durante operativos realizados bajo el estado de excepción en el municipio de Limón, Colón, miembros de una organización criminal tendieron una emboscada contra agentes policiales. El resultado fue fatal: un policía perdió la vida y al menos tres más quedaron heridos, incluyendo una compañera del sexo femenino.
La víctima fue identificada como Kenny Giovany Curry Ávila, policía de clase uno, que fue sorprendido mientras cumplía funciones en la zona. Según los reportes oficiales, los agresores usaron armas de alto poder, entre ellas fusiles AK-47.
Reacción de la Policía y despliegue de unidades especiales
En respuesta al atentado, la Policía Nacional activó un fuerte operativo en Limón y sus comunidades cercanas. Acudieron unidades de alto rango, el cuerpo Cobra y aeronaves, con el objetivo de localizar y capturar a los implicados en la emboscada.
La subinspectora Ángela Villalobos, encargada de la investigación, señaló que los atacantes habrían observado el desplazamiento policial con antelación, lo que indica que contaban con información previa y un conocimiento del terreno.
Villalobos también aclaró que versiones iniciales de que un agente estaba desaparecido eran incorrectas; el número oficial de víctimas es de 1 muerto y 3 heridos.

Escenario criminal y motivos del ataque
La institución señaló que la emboscada sería obra de una organización criminal asentada en Colón, que opera en actividades de narcotráfico, extorsión y control territorial. Limón es un punto estratégico para esos grupos debido a su cercanía con la costa y rutas de movilidad clandestina.
Se presume que los agresores identificaron a los policías en patrullaje y aprovecharon un momento oportuno para atacar con armas largas. El uso de fusiles AK-47 sugiere que se trató de un ataque planificado y con recursos de guerra.
Las autoridades manifestaron que esperaban resultados pronto, con capturas que den respuestas al acto violento.
Implicaciones y llamado a la acción
Este suceso no solo refleja el alto riesgo que enfrentan las fuerzas del orden en zonas vulnerables del país, sino que cuestiona la capacidad del Estado para garantizar la seguridad de quienes la protegen.
El asesinato de Kenny Ávila evoca dolor y solidaridad en la Policía Nacional. A través de una nota de duelo, la institución calificó al agente como un héroe que entregó su vida “al servicio de la patria” y lamentó profundamente el hecho.
Frente a esto, organismos de derechos humanos y sectores sociales podrían demandar investigaciones transparentes y sanciones severas para prevenir que más policías sean objeto de agresiones en zonas donde el crimen organizado tiene presencia activa.