
Nueva Delhi – Las autoridades de la India confirmaron este domingo que al menos 40 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en una estampida ocurrida durante un mitin del actor convertido en político Vijay, en la localidad de Karur, estado de Tamil Nadu.
El director general adjunto de la Policía, Davidson Devasirvatham, informó en rueda de prensa que los organizadores del evento enfrentan cargos criminales por presunta negligencia grave, mientras los dirigentes del partido TVK denuncian que todo obedece a una “conspiración” en su contra.
Un evento marcado por el caos
De acuerdo con el reporte preliminar, la falta de agua y comida provocó desmayos entre los miles de asistentes que aguardaban desde el mediodía del sábado la llegada de Vijay. El actor apareció siete horas después, pasadas las 7:00 de la noche, momento en el que ya varias personas habían colapsado en la multitud.
Testigos relataron que, incluso durante el discurso de Vijay, varias personas se desplomaron sin que se detuviera el acto. También denunciaron que el acceso de ambulancias al recinto habría sido restringido, retrasando la atención a los afectados.
Cargos y polémica política
El gobierno local presentó cargos por “homicidio culposo” contra el secretario general del partido TVK, N. Anand, y otros dos dirigentes, además de ordenar una investigación judicial para esclarecer los hechos.
La tragedia ocurre en un momento crucial para Vijay, de 51 años, cuya agrupación política se prepara para debutar en las elecciones estatales del próximo año.
Con una carrera cinematográfica que lo ha convertido en héroe popular, Vijay es venerado en Tamil Nadu casi como una figura divina por millones de seguidores organizados en clubes de fans.
Un patrón de tragedias en India
Las estampidas son un fenómeno recurrente en la India, especialmente en festivales religiosos, eventos masivos y mítines políticos. La enorme densidad poblacional, la precariedad en infraestructuras y la falta de planes de seguridad adecuados convierten estos escenarios en verdaderas bombas de tiempo.
En este caso, lo que inició como un retraso y problemas de logística derivó en una catástrofe nacional que pone en el centro del debate la responsabilidad de los organizadores y la seguridad en los eventos políticos.