
Tegucigalpa.– La comunidad hondureña en Estados Unidos enfrenta desde hoy uno de sus momentos más críticos: el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS), beneficio migratorio que durante 27 años les permitió residir y trabajar legalmente en ese país.
Con su cancelación, más de 50 mil hondureños quedan en la incertidumbre, expuestos a la deportación y a la pérdida de su sustento.
El gobierno del presidente Donald Trump cumplió su promesa de endurecer las políticas migratorias, y el TPS para Honduras llega a su fin, afectando no solo a los tepesianos, sino también a miles de familias en Honduras que dependen de las remesas enviadas desde Estados Unidos.
Impacto en familias y economía
El director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAH, Sergio Zepeda, advirtió que el país no cuenta con condiciones laborales para absorber a los posibles retornados: “Se trata del bienestar de ellos una vez que sean deportados o retornen por su cuenta. El país no tiene esa capacidad de generar empleos de acuerdo a lo que ellos saben hacer en Estados Unidos”, recalcó.
Las remesas, que representan una parte vital de la economía hondureña, también se verán golpeadas en caso de deportaciones masivas.
Críticas a la gestión del gobierno
Organizaciones migrantes y líderes opositores cuestionaron la falta de gestión diplomática de Honduras. Juan Flores, presidente de la asociación 15 de Septiembre en Miami, señaló: “Lo advertimos desde hace meses, pero nadie hizo nada. Mientras El Salvador logró mantener el TPS por la relación con Bukele, nosotros quedamos desprotegidos”.
En la misma línea, la experta en migración Itsmania Platero lamentó que el plan “Hermano, vuelve a casa” no sea suficiente: “No está preparado el gobierno para recibir a tanta gente ni mucho menos reinsertarlos en la sociedad”, apuntó.
Respuesta oficial
Por su parte, el director de Migración, Wilson Paz, recordó que la cancelación del TPS es una decisión soberana de Estados Unidos y descartó redadas generalizadas: “Con ninguna nacionalidad ha ocurrido que las autoridades vayan a buscar a las personas en sus casas”, dijo.
No obstante, organizaciones en EE. UU. continúan impulsando recursos legales que buscan frenar la cancelación y otorgar alternativas migratorias a los hondureños.
Una nueva incertidumbre
El fin del TPS marca el inicio de un periodo de incertidumbre para los hondureños en EE. UU., quienes ahora deberán enfrentar el riesgo de deportación, la pérdida de sus empleos y la amenaza de separación familiar, mientras en Honduras persisten las dudas sobre cómo enfrentar un eventual retorno masivo.