
Tegucigalpa, Honduras – Las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.) respondieron a la solicitud de la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, quien pidió apoyo militar para resguardar la sede del organismo tras las recientes protestas protagonizadas por colectivos del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre).
Mediante una carta oficial, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, recomendó a López canalizar su solicitud a la Policía Nacional, argumentando que, según el artículo 293 de la Constitución, la Policía es la institución competente para mantener el orden público, garantizar la seguridad ciudadana y ejecutar los mandatos legales, respetando los derechos humanos.
“Me permito de manera respetuosa recomendar que su solicitud sea referida a la Secretaría de Seguridad”, expresa el documento enviado al CNE.
Disturbios y tensión en el CNE
La solicitud de López surgió tras los hechos del lunes 8 de julio, cuando colectivos de Libre impidieron el ingreso de oferentes al proceso de licitación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), generando tensión en la sede del órgano electoral.
La protesta, que fue calificada como un intento de sabotaje por parte de sectores de la oposición, generó preocupación por la seguridad de las instalaciones y del personal del CNE.
Rol limitado de las Fuerzas Armadas
Aunque el general Hernández reiteró el compromiso de las Fuerzas Armadas con la seguridad del proceso electoral, subrayó que las intervenciones ante disturbios y protestas corresponden exclusivamente a la Policía Nacional, conforme al marco legal vigente.
En su pronunciamiento, el jefe castrense enfatizó que cualquier reunión o manifestación que se torne violenta o altere el orden público debe ser disuelta por la autoridad policial, como lo establece la ley.

Contexto de creciente tensión
La posición de las Fuerzas Armadas se da en un contexto de creciente polarización política a solo meses de las elecciones generales del 30 de noviembre. La situación ha generado llamados a la calma por parte de los actores electorales y a que se respete la institucionalidad.
El CNE, por su parte, continúa con su agenda de comparecencias ante el Congreso Nacional, en medio de un ambiente de confrontación que amenaza con escalar si no se garantiza el respeto a sus funciones.