Damasco – Miles de ciudadanos sirios tomaron las calles este domingo en gran parte del país, incluyendo la capital Damasco, para celebrar la caída del régimen de Bashar al Asad, quien permaneció en el poder durante 24 años.
La coalición rebelde liderada por el Organismo de Liberación del Levante y respaldada por diversas facciones armadas anunció que Damasco está oficialmente «libre» del control del mandatario tras una ofensiva de doce días.
Las imágenes difundidas por medios como Al Jazeera mostraron multitudes congregadas en la icónica Plaza de los Omeyas, capturando momentos de júbilo y esperanza tras décadas de régimen autoritario.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó celebraciones similares en otras provincias, incluyendo Alepo, Homs, Idlib, Tartús y Latakia.
Incluso en áreas predominantemente alauitas, la comunidad religiosa de la familia Al Asad, se registraron manifestaciones de alegría, marcando el fin de un régimen que dominó el país por más de medio siglo.
En Tartús y Latakia, ciudadanos derribaron estatuas de Hafez al Asad, padre del ahora derrocado mandatario, simbolizando el rechazo a la dinastía política que gobernó Siria desde 1970.
Además de los festejos, los rebeldes tomaron medidas inmediatas tras el control de Damasco.
Abrieron prisiones como la infame Saydnaya, liberando a miles de detenidos, mientras anunciaban un toque de queda en la capital desde las 4 de la tarde hasta las 5 de la madrugada.
En un comunicado, la coalición instó al respeto por la propiedad pública y privada, y a evitar disparos al aire durante las celebraciones.
La caída de Bashar al Asad representa un momento histórico para Siria, marcando el inicio de una nueva etapa política tras años de guerra civil y represión.
Los próximos días serán cruciales para definir el rumbo del país bajo el liderazgo de la coalición rebelde y sus aliados internacionales.