
Venezuela – El FBI desmanteló este sábado un supuesto plan de lavado de dinero vinculado a los hijos del presidente Nicolás Maduro, tras años de investigación encubierta.
Dos hombres fueron acusados en una corte federal de Miami (Florida) de utilizar cuentas estadounidenses para recibir y transferir recursos procedentes de Venezuela.
Las acusaciones señalan que Arick Komarczyk e Irazmar Carbajal abrieron cuentas bancarias en EE. UU. para los hijos del mandatario y otros allegados, recibiendo transferencias desde empresas y particulares venezolanos.
Delitos imputados y modus operandi
El FBI alega que los acusados conspiraron para realizar transferencias monetarias sin licencia y lavado de dinero.
En la operación encubierta se detectó que entre 2022 y 2025 acordaron movilizar 100,000 dólares presuntamente vinculados a fondos sancionados del gobierno venezolano. Parte de ese monto unos 25,000 dólares habría ingresado ya al sistema financiero de EE. UU.
Carbajal fue detenido al hacer escala en EE. UU., tras ser deportado desde República Dominicana. Mientras tanto, Komarczyk aún no ha sido capturado y se considera que podría encontrarse en Venezuela.
Reacción del FBI y contexto político
El director del FBI, Kash Patel, calificó las tramas de lavado como “salvavidas criminales” para el régimen de Maduro, afirmando que EE. UU. “no será un refugio seguro para el dinero manchado de Maduro”.
El caso genera nuevas tensiones diplomáticas entre EE. UU. y Venezuela, pues refuerza señalamientos de corrupción y financiamiento ilícito del gobierno venezolano. La operación también alimenta medidas legislativas en EE. UU., como propuestas para aumentar las recompensas por capturas vinculadas al régimen de Maduro.
Implicaciones y desafíos futuros
Este caso pone en evidencia las redes que pueden operar entre naciones para el blanqueo de capitales. Las autoridades estadounidenses deberán demostrar los vínculos reales entre las transferencias, las cuentas y los beneficiarios finales: los hijos de Maduro. La ausencia de captura de uno de los acusados complica el proceso.
El juicio será monitoreado internacionalmente, pues podría revelar información sensible sobre cómo operan las estructuras financieras del poder político venezolano.