
Tegucigalpa, Honduras. Las remesas familiares enviadas por los hondureños en el extranjero continúan siendo un pilar vital para la economía nacional.
Entre enero y marzo de 2025, Honduras recibió 2,625.6 millones de dólares en remesas, según datos oficiales del Banco Central de Honduras (BCH), cifra que supera en más de 525 millones de dólares al mismo período de 2023.
El economista Martín Barahona valoró el comportamiento de estos envíos y subrayó que las remesas han demostrado una “capacidad de resiliencia” frente a diversos escenarios adversos. “Han soportado todos los embates de las crisis económicas y políticas”, expresó.
Remesas: motor de la economía nacional
De acuerdo con Barahona, las proyecciones negativas en torno al flujo de remesas durante eventos como la recesión global de 2008-2009 o la pandemia del COVID-19 en 2020 fueron desmentidas por los datos reales, ya que los envíos continuaron aumentando.
Actualmente, Honduras recibe en promedio 26 millones de dólares diarios en remesas, principalmente desde Estados Unidos y España.
En 2024, los migrantes hondureños enviaron 9,743 millones de dólares, y se espera que este año la cifra alcance o supere los 10 mil millones, pese a los desafíos migratorios y económicos impuestos por Estados Unidos.
Impacto de las políticas migratorias y comerciales
A pesar de las políticas migratorias restrictivas promovidas por el expresidente estadounidense Donald Trump, incluyendo deportaciones masivas y la imposición de aranceles, Barahona considera que las remesas no solo mantendrán su ritmo, sino que incluso podrían incrementarse.
“Las remesas representan alrededor del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) del país y son fundamentales para la supervivencia económica de miles de hogares”, afirmó el economista.
Riesgos de una nueva recesión global
Barahona también advirtió sobre los efectos adversos de las medidas proteccionistas de Estados Unidos. La imposición de aranceles a productos importados desde al menos 60 países podría generar consecuencias negativas tanto para la economía global como para la propia economía estadounidense.
“El empleo en empresas importadoras ya comienza a resentirse, y en Canadá se ha registrado un repunte del desempleo por esta guerra comercial”, alertó. Además, recordó que “hace 90 años, la Gran Depresión de los años 30 comenzó con una política similar de elevación de aranceles. La historia podría repetirse”.
Una fuente de alivio económico con vulnerabilidades
Aunque las remesas siguen siendo una fuente vital de ingreso para millones de hondureños, el especialista instó a diversificar la economía nacional y fortalecer el empleo interno, para reducir la dependencia de este flujo externo. Asimismo, enfatizó la necesidad de monitorear el contexto internacional, cuyas decisiones podrían tener un impacto directo sobre los hogares hondureños.