
Tegucigalpa, Honduras – Con profundo fervor religioso y gran participación de fieles, la Iglesia Católica en Honduras celebró el Sábado Santo la Vigilia Pascual, ceremonia que conmemora la resurrección de Jesucristo, acontecimiento central de la fe cristiana.
La celebración tuvo lugar en diversas parroquias a nivel nacional, donde centenares de hondureños se congregaron para renovar su compromiso con Dios y con la esperanza de vida nueva que representa la Pascua. Esta liturgia marca el fin del Triduo Pascual y el comienzo del tiempo pascual.
Vigilia Pascual: el punto culminante de la fe católica
Para los católicos, la Vigilia Pascual es considerada la celebración más importante del año litúrgico, ya que rememora el momento en que Jesucristo venció la muerte tras su Pasión, crucifixión y sepultura, reafirmando así la promesa de la salvación eterna.
En Tegucigalpa, la principal ceremonia tuvo lugar en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, donde el arzobispo metropolitano José Vicente Nácher presidió la liturgia, que comenzó a las 6:00 de la tarde con el rito de la luz.
El cirio pascual: símbolo de Cristo resucitado
La ceremonia inició con la bendición y encendido del cirio pascual, una vela de gran tamaño que representa la luz de Cristo resucitado.
Este símbolo guía la liturgia de la noche y recuerda que, según la fe cristiana, la luz de Cristo disipa las tinieblas del pecado y de la muerte.
“Nos unimos a toda la Iglesia para expresar el ‘¡Aleluya!’, la alegría de Jesucristo vivo y que da vida. Él ha elegido la noche para romper las tinieblas del pecado e iluminar toda nuestra existencia”, expresó monseñor Nácher durante su homilía.
Celebraciones en todo el país
La solemnidad de la noche pascual se replicó en distintas diócesis y parroquias de Honduras, con actos litúrgicos que incluyeron la proclamación de lecturas bíblicas, la renovación de las promesas bautismales y la celebración de la Eucaristía.
La Vigilia Pascual no solo representa un evento religioso, sino también un momento de unidad comunitaria, donde los creyentes reflexionan sobre el misterio de la redención y la esperanza cristiana.
Con esta celebración, la Iglesia en Honduras concluye la Semana Santa y da inicio a la temporada pascual, que se extenderá hasta la solemnidad de Pentecostés.