Tegucigalpa, Honduras- Las colonias Villa Nueva y Mirador de Oriente, ubicadas al oriente de la capital hondureña, experimentan una notable reducción en la incidencia criminal como resultado de la intervención estratégica que la Policía Nacional, implementa en los últimos meses.
En los últimos 45 días, esas comunidades, que alguna vez estuvieron asediadas por grupos delictivos organizados, han visto cómo la seguridad ha mejorado significativamente. Desde el pasado 25 de junio no se registran muertes violentas.
La Policía Nacional ha intensificado su presencia, llevando a cabo allanamientos focalizados que han resultado en la captura de integrantes de maras y pandillas.
La captura de delincuentes ha permitido una reducción drástica en otros delitos como los desplazamientos forzados, robos a personas.
Además, de robos a vehículos repartidores, extorsiones y distribución de estupefacientes.
Las cifras
Desde que el secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, ordenara una intervención en esta zona el pasado mes de junio.
Se han producido 51 detenciones por delito; cinco de ellas a presuntos homicidas, quienes fueron presentados ante la fiscalía del Ministerio Público.
En coordinación con las instituciones operadoras de justicia, un total de 18 ciudadanos fueron acusados por delitos de tráfico de droga.
Por faltas a la ley de convivencia ciudadana fueron detenidos preventivamente más de 130 ciudadanos. Otros 13 más fueron denunciados por casos de violencia doméstica e intrafamiliar, quienes debieron visitar las instalaciones policiales como parte de los procesos de ley.
Esta situación contrasta marcadamente con el pasado reciente, cuando la violencia era una constante y los residentes vivían bajo la amenaza de los grupos criminales.
La muerte violenta de cinco jóvenes a manos de integrantes de la Pandilla 18 en Mirador de Oriente fue el detonante para la intervención policial. Los presuntos responsables del múltiple crimen fueron detenidos y se les abrió procesos en los tribunales.
Los allanamientos, dirigidos a puntos críticos donde operaban células delictivas, han sido clave para desarticular estructuras que durante mucho tiempo mantuvieron en vilo a la población.
Las autoridades señalan que el retiro de armas de las calles ha sido fundamental para evitar enfrentamientos violentos y para desalentar la actividad criminal en general.
Con este avance, los residentes de Villa Nueva, Mirador de Oriente y sectores aledaños, empiezan a recuperar la confianza en las instituciones y en su capacidad de vivir en un entorno más seguro.
La esperanza es que esta tendencia se mantenga y que la tranquilidad que ahora se respira en las calles sea duradera.
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