Santa Bárbara, Honduras
En Quimistán, Santa Bárbara, una familia se encuentra en una situación inusual y desgarradora mientras su hija, Mirna Rodríguez, yace en su cama sin signos vitales desde hace más de 48 horas.
Aunque ha padecido cáncer linfático y recibido tratamiento médico, ningún profesional la ha declarado oficialmente muerta.
La joven, hija de una pastora evangélica local, es descrita por su madre y otros familiares como “dormida” en un sueño profundo, mientras la comunidad espera un milagro. Su madre, Dominga Rodríguez, se aferra a la creencia de que Mirna resucitará para “testificar que Dios es real”.
El asombro se mezcla con la incertidumbre mientras el cuerpo de Mirna no muestra signos típicos de descomposición, lo que ha llevado a la familia a retrasar su sepultura. Aunque algunos especulan sobre la posibilidad de catalepsia, un estado patológico que imita la muerte, nadie puede confirmar la situación con certeza.
En medio de este episodio desconcertante, la comunidad espera pacientemente mientras el tiempo revela la verdad sobre el estado de Mirna.
La catalepsia, aunque rara, puede causar confusión y conmoción cuando ocurre, dejando a los seres queridos atrapados entre la esperanza y la realidad.