Tegucigalpa, Honduras
El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha sido condenado por un jurado en Estados Unidos por su participación en una conspiración de narcotráfico. Hernández, conocido como JOH, enfrenta tres cargos relacionados con tráfico de cocaína y posesión de armas, y conocerá su sentencia el 26 de junio.
Documentos judiciales citados por la Embajada Americana en Tegucigalpa revelan que desde al menos 2004 hasta aproximadamente 2022, Hernández desempeñó un papel central en una compleja red de narcotráfico que operaba desde Honduras hacia Estados Unidos.
Durante sus dos mandatos presidenciales (2014-2018 y 2018-2022), así como su período como presidente del Congreso Nacional (2010-2014), aprovechó su posición para facilitar la importación de toneladas de cocaína a cambio de millones de dólares en sobornos de grandes organizaciones de narcotráfico.
Según la investigación, Hernández promovió legislaciones y medidas supuestamente destinadas a combatir el narcotráfico en Honduras mientras protegía y enriquecía a narcotraficantes dentro de su círculo de influencia.
Utilizó su poder ejecutivo para seleccionar quiénes serían extraditados a Estados Unidos, favoreciendo a aquellos que no amenazaban su permanencia en el poder, y prometió impunidad a aquellos narcotraficantes que seguían sus órdenes y financiaban su ascenso político.
El comunicado de la Embajada revela que Hernández y sus cómplices traficaron más de 400 toneladas de cocaína con destino a Estados Unidos durante su mandato.
Este caso marca un hito en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico en Honduras y envía un mensaje contundente sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en el combate a estos delitos.
Además del expresidente Hernández, varios de sus colaboradores cercanos han sido condenados por su participación en actividades de narcotráfico. Entre ellos se encuentran su hermano, Juan Antonio Hernández Alvarado, conocido como Tony Hernández, y Geovanny Fuentes Ramírez, un traficante de cocaína que se reunía repetidamente con Hernández para coordinar actividades ilícitas.
También están implicados otros individuos como Juan Carlos Bonilla Valladares, alias “El Tigre”, exjefe de la Policía Nacional de Honduras, y Mauricio Hernández Pineda, primo del expresidente, quienes enfrentan sentencias por su participación en la conspiración.
Durante el tiempo en que Hernández ocupó cargos gubernamentales en Honduras, más de 400 toneladas de cocaína fueron transportadas a través del país hacia Estados Unidos, según autoridades estadounidenses.
La condena de Hernández incluye tres cargos específicos: conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, posesión y uso de armas durante la conspiración, y conspiración en la posesión y uso de armas durante. Estos cargos podrían acarrearle penas que van desde los 10 años de prisión hasta la cadena perpetua, dependiendo de la gravedad del delito.