La decisión de Argentina y Uruguay de decretar la emergencia sanitaria tras el hallazgo de los primeros casos de gripe aviar aumentó el nivel de la alerta en Latinoamérica por el avance de esta enfermedad, que ha llegado a afectar a humanos en las últimas décadas y que recientemente se ha detectado también en algunas especies de mamíferos.
La situación de Argentina y Uruguay está lejos de ser aislada, pues Guatemala declaró el estado de emergencia tras confirmar la presencia del virus H5N1 en pelícanos.
“La confirmación del ingreso del virus en el país nos pone más en alerta, pero no nos sorprende“, admitió el secretario de Agricultura de Argentina, Juan José Bahillo.
Similar comentario hizo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos, quien reconoció que la detección del primer caso y la llegada de la enfermedad “no es una sorpresa”.
La medida de las autoridades de esos países suramericanos fue adoptada apenas unas horas después de que Guatemala se declarara en estado de emergencia tras la confirmación de casos de gripe aviar en aves silvestres en el norte del país.
En Estados Unidos se han detectado desde enero de 2022 hasta la fecha un total de 6 mil 192 casos de gripe aviar en aves silvestres de 50 estados, aunque la mayoría se concentra en la Costa Oeste.
Además, se han registrado en ese mismo período más de 58.3 millones de casos en aves domésticas de 47 estados, indican los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
El pasado abril, las autoridades detectaron en Colorado la presencia del virus H5 en un hombre de 40 años que trabajaba en una planta avícola.
El paciente tuvo fiebre alta por unos pocos días como su único síntoma y se recuperó.
La detección de este caso en humanos no cambió la evaluación de riesgos de esta enfermedad para la salud pública.
De hecho, las autoridades de Estados Unidos apenas han adoptado medidas frente a este tipo de gripe y los CDC se limitan a recomendar que se evite el contacto directo con aves.
Por su parte, las autoridades de Chile han confirmado más de 10 mil aves muertas presuntamente a causa de la gripe aviar, casos que se han detectado a lo largo de todo el territorio, con excepción de las regiones Metropolitana -que alberga la capital- en el centro, y La Araucanía y Los Ríos en el sur.
Hace una semana se informó del primer caso en un ejemplar doméstico, detectado en un gallinero en la desértica región de Atacama, en el norte del país.
En Colombia, según el Ministerio de Agricultura, hubo a finales de 2022 unos pocos casos, ya controlados, que se dieron en granjas donde se crían animales para el consumo familiar, pero no hay registro de casos en criaderos de aves a gran escala, como los industriales.
Los animales contagiados fueron sacrificados y actualmente no hay ningún caso activo de gripe aviar en el país, pero las autoridades fitosanitarias mantienen una estrecha vigilancia.
Desde el pasado 14 de enero rige en Honduras una emergencia sanitaria por 90 días debido a la muerte de pelícanos en varias comunidades costeras del Caribe. Según la Secretaría de Agricultura y Ganadería, hasta el 1 de febrero se habían registrado 247 pelícanos muertos.
La influenza aviar afecta principalmente a las aves domésticas y se clasifica en dos subtipos en función de dos proteínas de superficie y es considerada altamente mortal, de acuerdo con la OMS.
El organismo reveló el pasado 8 de febrero que en las últimas semanas se han multiplicado los brotes de gripe aviar en mamíferos como visones, nutrias, zorros y leones marinos, un fenómeno preocupante que, advirtió, “debe ser vigilado”.