
Myanmar – A más de dos días del devastador terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar, las operaciones de rescate continúan en una carrera contra el tiempo para encontrar sobrevivientes bajo los escombros.
El movimiento telúrico, el más fuerte registrado en el país en más de un siglo, ha dejado un saldo de más de 1.700 muertos y aproximadamente 3.400 heridos, según informaron las autoridades militares.
El epicentro del sismo se localizó en la región central de Sagaing, cerca de Mandalay, una de las ciudades más pobladas del país.
El impacto se sintió en un área extensa, alcanzando zonas tan distantes como Bangkok, Tailandia, y algunas provincias de China.


Colapso de edificios y puentes
Las imágenes que emergen desde Myanmar muestran una devastación sin precedentes. Edificios colapsados, carreteras destruidas y puentes derrumbados han dejado incomunicadas varias localidades.
En Bangkok, a cientos de kilómetros del epicentro, al menos 17 personas murieron, incluidas 10 que quedaron atrapadas tras el derrumbe de un edificio en construcción.
Autoridades locales reportaron que continúan las labores de rescate de unas 80 personas que permanecen desaparecidas.
El gobernador de Bangkok indicó que se han recibido cerca de 9.500 informes de daños estructurales en la ciudad, aunque la mayor preocupación radica en la estabilidad de las edificaciones más antiguas y en construcción.
La peor catástrofe en décadas
El terremoto del viernes es el desastre natural más letal en Myanmar en años y se produce en un contexto de guerra civil que ha deteriorado la infraestructura del país.
Según estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el número de víctimas podría superar las 10.000 personas conforme se obtengan datos más precisos.
Las réplicas han dificultado las labores de rescate. La mayor de ellas, de magnitud 6,7, se registró el mismo viernes, manteniendo en vilo a la población y generando nuevos derrumbes.
Ayuda internacional y esfuerzos de rescate
Ante la magnitud del desastre, el régimen militar de Myanmar emitió una inusual petición de ayuda internacional. En respuesta, equipos de rescate extranjeros han comenzado a llegar al país para colaborar en la búsqueda de sobrevivientes.
En la capital, Naipyidó, un hospital de tres pisos colapsó parcialmente, atrapando a decenas de pacientes. Equipos de rescate chinos lograron extraer con vida a una persona 40 horas después del sismo, según informaron medios estatales chinos.
Impacto en sitios históricos y religiosos
Las imágenes satelitales revelan graves daños en monasterios, templos y pagodas en Mandalay y Sagaing, regiones con un rico patrimonio cultural y religioso.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), al menos 670 monasterios, 60 escuelas y tres puentes han sido dañados o destruidos, generando una crisis humanitaria.
Los informes también indican que miles de personas han sido forzadas a dormir en las calles o en espacios abiertos por temor a nuevos sismos o debido a la destrucción de sus viviendas.