Brasilia, Brasil
La crisis del dengue en Brasil ha alcanzado proporciones alarmantes, desatando el estado de emergencia en varios estados y la construcción de un hospital de campaña en Brasilia, la capital del país. Esta situación, provocada por el incremento del mosquito Aedes Aegypti debido al cambio climático, advierte sobre la posible expansión de la enfermedad a nuevas regiones, incluso en Europa y Estados Unidos.
En los primeros dos meses de este año, Paraguay registró casi 100,000 casos sospechosos, cinco veces más que la tasa habitual. Perú y Argentina también han declarado emergencias debido a brotes significativos. Sin embargo, Brasil enfrenta la peor situación, con epidemiólogos anticipando millones de casos, más del doble del récord anterior, y una potencial cifra de muertes en aumento.
Este brote del dengue, agravado por el cambio climático, sirve como advertencia global. La enfermedad, históricamente limitada a climas tropicales, ahora se propaga a áreas previamente seguras. Estados Unidos y Europa, incluso con factores atenuantes, registran casos locales, sugiriendo que la enfermedad podría volverse prevalente e incluso endémica en estas regiones.
“Los casos de dengue están aumentando a un ritmo alarmante”, advierte Gabriela Paz-Bailey, especialista en dengue de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. “Se está convirtiendo en una crisis de salud pública y está llegando a lugares que nunca antes lo habían padecido”.
A pesar de los riesgos en climas septentrionales, factores como el uso generalizado de mosquiteros, el aire acondicionado y prácticas de saneamiento estrictas pueden ayudar a mitigar la amenaza. Sin embargo, los epidemiólogos instan a no subestimar la situación, especialmente este año, con Brasil registrando más de un millón de casos solo en enero y febrero, proyectando alcanzar los 4.2 millones para fin de año.
El aumento sin precedentes del dengue en Brasil se atribuye a condiciones climáticas excepcionales, como una ola de calor, la presencia simultánea de los cuatro tipos de dengue y una proliferación prolongada del mosquito transmisor. Factores sociales crónicos, como desigualdad, pobreza y planificación urbana deficiente, contribuyen a la crítica situación, especialmente en comunidades densamente pobladas.
Con la falta de camas de hospital, Brasil enfrenta un colapso en su sistema de salud pública y privada. La lucha contra el dengue, que ha afectado a millones de personas, se intensifica en medio de una ola de calor y El Niño, prolongando la vida del mosquito y complicando la situación. La circulación simultánea de variantes de dengue también reduce las protecciones inmunológicas, aumentando el riesgo de infección repetida.
Los expertos advierten que, a medida que Brasil enfrenta esta crisis, hay preocupaciones sobre la propagación a lugares como Estados Unidos y Europa. Aunque actualmente la transmisión local en estos lugares es limitada, existe la posibilidad de cambio si la epidemia en Brasil se intensifica.
“Este año es diferente”, afirma Antonia Natane Lopes de Lima, quien acompaña a su hijo enfermo. “Este año es peor que nunca”. La comunidad internacional observa con atención mientras Brasil lucha contra una amenaza de salud pública que podría tener consecuencias a nivel global.
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