Tegucigalpa, Honduras
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) emitió una alerta este lunes, advirtiendo a la población sobre los peligros que representan los tratantes de personas, quienes han encontrado en las redes sociales un terreno propicio para sus actividades ilícitas.
Blanca Izaguirre, titular del Conadeh, destacó la gravedad de la trata de personas como una de las más serias violaciones a los derechos humanos, afectando la dignidad y la libertad de las víctimas, en su mayoría mujeres, niños y niñas.
Elsy Reyes, coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana del Conadeh, explicó que los tratantes utilizan diversas estrategias para reclutar a sus víctimas, siendo las redes sociales un medio común para sus operaciones. Entre las tácticas empleadas se encuentran el uso de perfiles falsos, promesas de empleo y relaciones amorosas para ganarse la confianza de las víctimas.
Además, alertó sobre el riesgo de invitaciones de empresas extranjeras que ofrecen trabajo y cubren los gastos de viaje, pero luego explotan a las personas en otros países, principalmente en actividades de explotación sexual.
La complejidad del delito de trata de personas dificulta su investigación y rescate de víctimas, especialmente en Honduras, donde existe un alto número de mujeres, niñas y niños desaparecidos, muchos de los cuales podrían ser víctimas de este flagelo.
Según datos oficiales, entre 2019 y 2021, las autoridades hondureñas investigaron alrededor de 320 casos de trata de personas, principalmente vinculados con explotación sexual y trabajo forzado. En 2023, se identificaron y atendieron 105 víctimas, incluyendo mujeres, niñas, niños y personas de la comunidad LGTBI.
Las zonas más afectadas por la trata de personas en Honduras incluyen Roatán, San Pedro Sula, La Ceiba, Comayagua, Choluteca y Trojes. En el primer trimestre de 2024, las autoridades rescataron a cinco niñas y una mujer adulta de situaciones de trata.
La lucha contra la trata de personas dentro y fuera de Honduras continúa siendo un desafío, principalmente debido a su uso para la explotación sexual, servidumbre doméstica y trabajo forzado, tanto en entornos urbanos como rurales.
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