Cuidad de Panamá, Panamá
El flujo migratorio a través del inhóspito territorio del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, ha alcanzado niveles alarmantes en lo que va de 2024, según informó el Gobierno panameño este domingo. Más de 100,000 personas han atravesado esta peligrosa ruta desde principios de año, una cifra que iguala la cantidad de migrantes que lo hicieron entre enero y abril de 2023.
El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, reveló esta preocupante estadística en un video compartido en X, subrayando la magnitud del fenómeno migratorio. Según datos oficiales, la mayoría de los migrantes que han cruzado el Darién son venezolanos (64,307), seguidos de ecuatorianos (8,198), haitianos (6,661), colombianos (6,462) y personas de otras nacionalidades.
El aumento constante de migrantes por el Darién en su ruta hacia Estados Unidos o Canadá en busca de mejores condiciones de vida ha sido una tendencia desde 2021, llegando a un récord de más de 520,000 en 2023, el doble que el año anterior. Para este año, se espera un aumento adicional de hasta un 20% con respecto al año anterior.
Sin embargo, los riesgos naturales del Darién y la presencia de grupos armados han llevado a algunos migrantes a explorar alternativas, como la ruta del Caribe. Trágicamente, esta ruta también ha cobrado vidas, como en febrero pasado, cuando cinco migrantes, en su mayoría afganos, murieron después de que su embarcación naufragara en el Caribe panameño cerca de la frontera con Colombia.
El Gobierno panameño registra a los migrantes a su llegada a las poblaciones indígenas a la salida de la selva o en los centros de recepción migratoria, donde se les brinda refugio y alimentación antes de coordinar su traslado en autobuses hacia Costa Rica, un viaje que deben costear por sí mismos.
A pesar de los esfuerzos por asistir a los migrantes, las autoridades panameñas han endurecido su postura hacia el tránsito migratorio por la selva, calificándolo como un “negocio” del crimen organizado.
Esta semana, Médicos Sin Fronteras (MSF) suspendió sus operaciones médicas y humanitarias en el Darién por orden del Gobierno, quien acusó a la organización de enviar informes “incompletos” sobre migrantes víctimas de violencia sexual durante su travesía por la selva.
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