
Kerrville, Texas. La tragedia golpeó con fuerza al centro-sur de Texas este fin de semana, luego de que las autoridades del condado de Kerr confirmaran que 52 personas han muerto como consecuencia de las intensas lluvias y la crecida del río Guadalupe, que dejó bajo el agua a comunidades enteras al este de San Antonio.
Entre las víctimas hay 28 adultos y 15 menores, según detalló el sheriff Larry Leitha Jr. en una rueda de prensa.
La cifra podría aumentar, ya que al menos 27 personas, la mayoría niñas y sus monitoras, siguen desaparecidas.
Todas ellas formaban parte del campamento cristiano Mystic, ubicado cerca de la localidad de Hunt, uno de los puntos más golpeados por el desbordamiento del río.
“El agua se los llevó mientras dormían”, lamentó uno de los rescatistas que participa en las operaciones. “Todavía hay zonas donde no hemos podido entrar”.
Las labores de búsqueda y rescate continúan a contrarreloj. Cientos de socorristas, bomberos y voluntarios han sido desplegados en los sectores más afectados, mientras el Gobierno local habilitó refugios y centros de asistencia para atender a unas 800 personas rescatadas de campamentos aledaños.
“Esto no lo veíamos desde 1987”, declaró Dalton Rice, administrador de la ciudad de Kerrville. “Y aún estamos contando los daños y las pérdidas humanas”.
Rice advirtió que las condiciones siguen siendo peligrosas, especialmente en las áreas rurales donde el acceso es limitado y los caminos han sido arrasados por la corriente.
También alertó sobre posibles riesgos para la salud, ya que el agua potable podría estar contaminada debido a los residuos químicos y combustibles arrastrados por la inundación.
“Vamos a depender del agua de pozos por algunas semanas mientras se limpia el sistema”, añadió.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que en apenas 12 horas, el viernes, cayeron más de 30 centímetros de lluvia, lo que provocó que el nivel del río Guadalupe alcanzara los 9.9 metros, su segundo registro más alto en la historia.
Las autoridades han pedido a quienes tengan familiares desaparecidos que contacten a las líneas de emergencia y proporcionen la última ubicación conocida de sus seres queridos.
También exhortaron a la población a no acercarse a las zonas inundadas, ya que podrían colapsar más estructuras o surgir nuevos desprendimientos.
Mientras tanto, la comunidad de Kerrville intenta organizarse. Voluntarios se han unido para recolectar escombros y brindar ayuda a los damnificados, aunque las condiciones aún dificultan cualquier tarea de recuperación.