
Ciudad del Vaticano – León XIV inauguró este domingo su pontificado con una misa solemne en la Plaza de San Pedro, donde le fueron impuestos los símbolos del poder papal: el palio y el Anillo del Pescador.
En su primera homilía como jefe de la Iglesia católica, hizo un encendido llamado a la unidad interna y a la paz global en medio de un mundo fracturado por conflictos, odio y exclusión.
Desde temprano, el nuevo pontífice saludó a las cerca de 200 mil personas congregadas en las inmediaciones del Vaticano, recorriendo en papamóvil la Vía de la Conciliación y la plaza.
Después, entró a la basílica para orar ante la tumba del apóstol Pedro, donde recibió los símbolos pontificios en una ceremonia cargada de simbolismo y solemnidad.
Un pontífice visiblemente conmovido
La emoción fue evidente cuando León XIV recibió el Anillo del Pescador de manos del cardenal Luis Antonio Tagle.
El papa miró su mano conmovido, conteniendo las lágrimas mientras la multitud estallaba en aplausos. La estola blanca del palio y el anillo con la imagen de San Pedro marcan el inicio formal de su ministerio petrino.
A la misa asistieron representantes de 150 países y organizaciones internacionales. Destacaron los reyes de España, Felipe VI y Letizia, esta última vestida de blanco como dicta la tradición. También estuvieron presentes funcionarios de sus dos países más cercanos: Estados Unidos, donde nació, y Perú, donde fue misionero y obispo.
Un momento simbólico se vivió con el apretón de manos entre el vicepresidente estadounidense JD Vance y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, un gesto de distensión luego de tensiones políticas recientes.
Un mensaje fuerte ante los desafíos actuales
Durante su homilía, León XIV no evitó la dureza del panorama mundial. Denunció que hay “demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia y un paradigma económico que margina a los pobres y agota la Tierra”. Pidió no olvidar a los más vulnerables ni ceder al miedo a lo diferente.
“No fui elegido por méritos propios. Vengo a ustedes como un hermano, con temor y esperanza”, expresó. Su visión es la de una Iglesia que sea “fermento de un mundo reconciliado” y no un liderazgo aislado.
Luego, durante el rezo del Regina Coeli, elevó plegarias por la paz en Ucrania y denunció la grave situación humanitaria en Gaza, en presencia del presidente israelí Isaac Herzog.
El acto concluyó con el tradicional saludo a las delegaciones oficiales en la basílica, donde rompió el protocolo al abrazar con emoción a su hermano mayor Louis, presente entre los asistentes.