Tegucigalpa, Honduras
El Viernes Santo, uno de los días más significativos de la Semana Santa cristiana, se celebra en memoria de la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret. Este día, marcado por la solemnidad y la reflexión, representa un pilar fundamental para la Iglesia católica y otros grupos cristianos.
La liturgia del Viernes Santo se compone de tres momentos esenciales: la Liturgia de la Palabra, la Adoración de la Cruz y la Comunión. Estos ritos invitan a los fieles a contemplar el sacrificio de Cristo en la cruz, recordando su misión de redención y salvación.
En este día, la Iglesia católica celebra únicamente dos sacramentos: la penitencia y la unción de los enfermos. Además, se lleva a cabo la celebración de la Pasión del Señor, caracterizada por el apagado de luces y el silencio que precede al acto litúrgico.
La fecha del Viernes Santo varía anualmente debido al calendario lunar y a la Pascua judía. Es una jornada de ayuno y abstinencia de carne para muchos fieles, como símbolo de penitencia y respeto por el sacrificio de Jesús en la cruz.
Entre las costumbres asociadas a este día, se encuentra el cubrimiento de las imágenes de Jesús en las iglesias con tela morada, que se descubre el Domingo de Resurrección. La Virgen María es vestida de negro, se reza el Vía Crucis y se meditan las últimas siete palabras de Cristo en la cruz, entre las cuales se destacan:
1. “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
2. “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”
3. “¡Mujer, ahí tienes a tu hijo! ¡Ahí tienes a tu madre!”
4. “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”
5. “Tengo sed”
6. “Todo está consumado”
7. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
El Viernes Santo, es un momento de profunda reflexión y devoción para millones de personas en todo el mundo, que honran el sacrificio de Jesús como fundamento de su fe.
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