El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, se vio obligado a destituir a su hijo de un cargo público por abusar del poder al realizar una fiesta en la residencial oficial.
La decisión de suspenderlo del cargo se da luego que la oposición criticara duramente la irresponsabilidad del funcionario de usar los bienes públicos para reuniones personales.
El caso de abuso de poder de Shotaro Kishida se expuso en una reconocida revista del país, desatando una ola de críticas en contra del primer ministro y su hijo.
Tras ser expuesto, el líder japonés no tuvo más opción que destituir a su hijo mayor, que fungía como secretario de asuntos políticos.