Reducción – El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días de preparación espiritual antes de la Semana Santa.
En 2025, esta fecha se conmemora el 5 de marzo, como parte de una tradición que varía cada año, pero siempre se celebra entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.
Origen del Miércoles de Ceniza
Esta celebración tiene su origen en el siglo II, cuando los cristianos comenzaron a prepararse para la Pascua con jornadas de ayuno y penitencia.
Con el tiempo, en el Concilio de Nicea del año 325, se estableció un período de 40 días, inspirado en eventos bíblicos como:
- Los 40 días que Jesús pasó en el desierto.
- Los 40 años del pueblo de Israel en el desierto.
- El ayuno de Moisés en el Sinaí y de Elías en el Horeb.
Inicialmente, la Cuaresma comenzaba seis domingos antes de Pascua, pero al no ayunarse los domingos, en el siglo V se decidió incluir el Jueves y Viernes Santo como parte de este período de reflexión.
Más adelante, se adelantaron cuatro días más, estableciendo así el Miércoles de Ceniza tal como se conoce hoy.
El rito de la ceniza: ayuno y abstinencia
El Miércoles de Ceniza es un día de ayuno y abstinencia. Durante la misa, los fieles reciben en la frente una cruz de ceniza, símbolo de humildad y conversión.
Estas cenizas provienen de la quema de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
Mientras el sacerdote marca la cruz en la frente de cada persona, pronuncia una de estas frases:
- “Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás”.
- “Conviértete y cree en el Evangelio”.
El ayuno es obligatorio para los cristianos de 18 a 59 años, siempre que su salud lo permita. Entre las 6:00 y las 18:00 horas, solo se puede beber agua y consumir alimentos ligeros, omitiendo una de las comidas principales. Además, los mayores de 14 años deben abstenerse de comer carne roja durante toda la Cuaresma.
El significado de la penitencia en la Cuaresma
Antiguamente, el Miércoles de Ceniza marcaba el inicio de la penitencia pública para quienes habían cometido pecados graves como apostasía, asesinato o adulterio.
Los penitentes recorrían la ciudad vestidos con ropas especiales, recordando la expulsión del Paraíso.
Sin embargo, hacia el año 1000 d.C., esta práctica fue desapareciendo, y la imposición de la ceniza quedó como un rito abierto a todos los fieles.
En la actualidad, la penitencia tiene un sentido más reflexivo, invitando a cada católico a prepararse espiritualmente para la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
