Tegucigalpa, Honduras
Las esperanzas de la industria camaronera hondureña se desvanecen conforme persiste el cierre de las fronteras mexicanas para el camarón fresco procedente de Honduras. El presidente de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH), Héctor Ferreira, lamentó la situación y expresó la necesidad urgente de reabrir el mercado mexicano para este producto vital para la economía del país.
El conflicto inició en octubre pasado cuando la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras (Andah) alertó sobre la orden de un juez federal en Sinaloa de suspender la importación de camarón hondureño. Esta medida se materializó en enero con el cierre efectivo de las fronteras mexicanas para el camarón fresco de Honduras.
Los números reflejan la magnitud del impacto, ya que México representa el segundo destino de exportación de camarón cultivado para Honduras, absorbiendo el 27% del total exportado hasta noviembre de 2023, cifrado en 8,759 toneladas métricas, según datos del Banco Central de Honduras (BCH).
Sin embargo, la situación actual solo permite la exportación de camarón cocinado a México, medida que entró en vigor el pasado 4 de marzo. Esta restricción, sumada a la falta de opciones logísticas viables, ha dejado a los productores hondureños en una situación delicada.
A pesar de los esfuerzos, solo una aduana, la de El Progreso-Yucatán, se encuentra operativa en la actualidad, pero su utilización resulta poco práctica para los productores hondureños debido a los altos costos logísticos asociados.
Recientemente, una misión del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) de México llevó a cabo inspecciones en camaroneras del sur de Honduras. El propósito de esta inspección es presentar un informe al Juzgado de Distrito del Estado de Sinaloa, que dictaminó la prohibición de ingreso de camarón cultivado en Centroamérica, sospechando de una presunta triangulación de producto de Ecuador.
La incertidumbre persiste en el horizonte de la industria camaronera hondureña, que aguarda con esperanza una pronta solución a este conflicto que amenaza su sustento económico.
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